La nueva investigación sugiere que las células T de reacción cruzada también pueden proteger contra la infección.
Por: Yolimarian Torres
Los autores del estudio, publicado en Nature Communications, indicaron que las proteínas internas del virus SARS-CoV-2 que son el objetivo de las células T podrían ofrecer un objetivo alternativo para los fabricantes de vacunas.
"Descubrimos que los altos niveles de células T preexistentes, creadas por el cuerpo cuando se infecta con otros coronavirus humanos como el resfriado común, pueden proteger contra la infección por COVID-19", dijo la autora del estudio, la Dra. Rhia Kundu.
Estos resultados podrían dar indicios para las vacunas de segunda generación en contra del virus SARS-Cov-2 y las diferentes variantes existentes o que aparezcan, en vista de que al momento la inmunidad contra el COVID-19 aún tiene algunas limitaciones, pese al alcance que se ha evidenciado en las vacunas.
El estudio realizado por el Imperial College London que comenzó en septiembre de 2020, analizó los niveles de células T de reacción cruzada generadas por infecciones previas de coronavirus del resfriado común en 52 contactos domésticos de casos positivos de COVID-19 poco después de la exposición, para ver si dieron positivo para el SARS-CoV-2.
Entre los resultados se encontró que los 26 que no desarrollaron infección tenían niveles significativamente más altos de esas células T de memoria que las personas que sí se infectaron. Imperial no dijo cuánto tiempo duraría la protección de las células T.
Comparativa entre las vacunas de ahora y las proyecciones tras el resultado
Las vacunas actuales contra la COVID-19 se dirigen a la proteína espiga, que muta regularmente, creando variantes como Ómicron que reducen la eficacia de las vacunas contra la infección sintomática.
"En contraste, las proteínas internas a las que se dirigen las células T protectoras que identificamos mutan mucho menos", dijo el profesor Ajit Lalvani, coautor del estudio.
"En consecuencia, están altamente conservados entre las diversas variantes del SARS-CoV-2, incluido Ómicron. Las nuevas vacunas que incluyen estas proteínas internas conservadas inducirían respuestas de células T ampliamente protectoras que deberían proteger contra las variantes actuales y futuras del SARS-CoV-2”, finalizó el Dr. Lalvani.
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