Experto revela la verdad detrás de estas sustancias, sus efectos irreversibles en el cuerpo humano y la urgencia de acudir solo a profesionales certificados.
Por: Laura Guio
En los últimos años, miles de personas han caído en la trampa de procedimientos estéticos ilegales que prometen resultados inmediatos, pero que esconden consecuencias devastadoras. La inyección de biopolímeros, una práctica prohibida y sumamente riesgosa, sigue cobrando víctimas silenciosamente en América Latina.
Por eso, en el marco del Evento Rosa: Mujeres entendiendo mujeres, organizado por el Hospital Universitario Mayor Méderi, la revista Medicina y Salud Pública tuvo una conversación exclusiva con el Dr. Carlos Rios, cirujano plástico, advierte sobre los graves riesgos de los biopolímeros en el cuerpo humano. Desde enfermedades autoinmunes hasta la muerte, sus efectos pueden ser devastadores.
En Colombia, se estima que un porcentaje elevado de la población femenina ha sido afectada por este tipo de prácticas. "Nuestros cálculos nos hablan de un 30-40%. Eso es escandaloso. En República Dominicana, el 80% de la población femenina está afectada". Afirmó el Dr. Rios.
¿Qué son los biopolímeros y por qué representan un riesgo?
En los últimos años, la preocupación médica por el uso indiscriminado de biopolímeros ha crecido de forma alarmante. Son sustancias sintéticas o naturales que tienen una estructura molecular compleja y son capaces de formar polímeros que imitan o están basados en compuestos biológicos.
"Biopolímero es cualquier sustancia que utilicen para inyectársela a una paciente, y esa sustancia no tiene licencia para ser usada en humanos. Por ejemplo: aceite mineral para bebés (que hay una marca muy conocida en el mercado), aceite de motor, silicona industrial", explicó.
Aunque no son sustancias ilegales por sí mismas —ya que pueden encontrarse en farmacias o ferreterías—, el acto de inyectarlas en el cuerpo humano constituye una práctica ilegal que pone en grave peligro la salud.
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Complicaciones físicas y similaridad a las enfermedades autoinmunes
Lejos de ser solo un problema estético, el uso de biopolímeros puede derivar en complejas y duraderas enfermedades. El Dr. Ríos expuso que junto con el Instituto Nacional de Salud, se realizó un estudio que arroja cifras preocupantes:
"Demostramos que casi el 30% de las mujeres que se inyectan tienen infecciones que les duran muchísimos años. Altera el sistema inmune; el sistema inmune nos ataca de la misma forma que sucede con una enfermedad autoinmune. Entonces hay daño y hay degeneración de absolutamente todos los tejidos del cuerpo".
Esto significa que los efectos de los biopolímeros no se limitan al lugar de la inyección, sino que afectan de manera sistémica al organismo.
Signos de alerta: ¿cómo saber si me inyectaron biopolímeros?
La infiltración de sustancias no reabsorbibles en cualquier parte del cuerpo para aumentar volumen o modificar la forma puede tener consecuencias graves. La primera señal de alarma suele ser el enrojecimiento de la zona afectada. Además de este síntoma, es importante prestar atención a otros indicios, tales como:
Dolor localizado que puede irradiarse hasta la espalda.
Molestias o sensación anormal en las articulaciones cercanas.
Protuberancias o nódulos en el área donde se aplicó la sustancia, así como en zonas adyacentes.
Cambios en la coloración de la piel: por ejemplo, pasar del rojo al morado.
Hinchazón en las áreas inyectadas, especialmente en los glúteos.
Dolor de cabeza persistente.
Fiebre.
Cansancio y malestar general.
Cómo elegir al profesional adecuado y prevenir
Una de las principales problemáticas es que, en la mayoría de los casos, las pacientes no saben qué sustancia les fue aplicada. Esto ocurre frecuentemente cuando los procedimientos se realizan en condiciones irregulares.
"Lo primero es desconfiar de quién le inyectó la sustancia. La mayoría de los eventos ocurren por enfermeras, esteticistas, profesores de un gimnasio. No saben qué sustancia les inyectaron; eventualmente les mienten. Les dicen que es ácido hialurónico", indicó el cirujano.
El Dr. Ríos recordó que existen plataformas oficiales donde cualquier ciudadano puede verificar si un médico está debidamente certificado. Una de las más importantes en Colombia es Retus (Registro del Talento Humano en Salud).
"En Retus usted va a encontrar si quien le va a hacer una cirugía plástica es un médico general o es un cirujano plástico con esa formación específica. También pueden llamar a la Secretaría de Salud. Es una herramienta que vino para quedarse y ayudar a la población".
¿Por qué se arriesgan las personas?
La presión social por cumplir con estándares de belleza también es un factor determinante en la decisión de someterse a procedimientos sin garantías. El Dr. Ríos abordó este tema con una mirada crítica pero empática:
"Nos queremos ver bien, nos queremos sentir bien. La vanidad está satanizada, pero no es un pecado. Las personas que se ven mejor son contratadas y son mejor pagadas; ya hay estudios que demuestran eso".
En ese afán por mejorar su imagen, muchas personas caen en redes de estafa. "El problema no es buscar cambiar algo que me incomoda, el problema es que podemos caer en una estafa".
Cuando ya hay biopolímeros en el cuerpo: ¿qué hacer?
El primer paso es asumir el problema, diagnosticarlo y buscar atención médica calificada. Según el Dr. Ríos, se requiere de un equipo multidisciplinario para abordar adecuadamente el tratamiento.
"Tiene que buscar un cirujano plástico, un dermatólogo, un inmunólogo, un reumatólogo. Hacer un estadiamiento y determinar el momento más propicio para una cirugía reconstructiva que remueva la mayor cantidad posible del producto".
El especialista también señaló que la presencia de biopolímeros puede llevar incluso a la muerte: "Ocurre con frecuencia. Inadvertidamente canalizan un vaso sanguíneo, la sustancia viaja a los pulmones, se bloquean y se produce una embolia pulmonar. También puede generar sepsis o falla renal".
Para finalizar, el Dr. habló de la importancia de educarse sobre el tema, investigar y buscar a profesionales especializados. "Pueden investigar un poco acerca de la trayectoria educacional del profesional. En la salud no se debe ahorrar, y más si puede costarnos hasta la vida. Lo barato siempre va a salir caro". Concluyó.