comparar el uso del robot con métodos tradicionales, se observan varias ventajas tanto para el cirujano como para el paciente.
Por: Mariana Mestizo Hernández
La cirugía robótica 2.0 ha inaugurado una revolucionaria era en el campo de la medicina, ofreciendo una flexibilidad y precisión sin precedentes en comparación con las técnicas quirúrgicas tradicionales, lo que la convierte en una opción mínimamente invasiva de vanguardia.
"En específico para la uroginecología, el tipo de cirugías consiste en dos formas, usualmente es vaginal o sino es abdominal, en la última se hace uso de una malla para elevar el prolapso, que es la caída de las paredes vaginales, la vagina, del recto, de la matriz y con el uso de la robótica para este tipo de casos, si la comparamos con la técnica abierta, hay una diferencia increíble", manifestó la Dra. Daniela Carlos Pons, uroginecóloga.
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Ahora bien, la especialista aclaró que la técnica abierta implica una incisión, que puede ser similar a una cesárea o seguir una dirección vertical de arriba hacia abajo. Esta metodología conlleva el riesgo de una herida que podría infectarse, el desarrollo de hernias, dolor crónico, la necesidad de analgésicos narcóticos y, en última instancia, un proceso de recuperación más prolongado.
"Cuando estamos encamadas por más tiempo, en especial mis pacientes que tienden a ser de edad avanzada, postmenopáusicas, pueden desarrollar coágulos, pulmonía, mientras que cuando hacemos una técnica mínimamente invasiva estas pacientes, por lo general, se van al día siguiente a su casa", agregó.
Mejor acceso y disminución de riesgos
La Dra. Carlos Pons señala que, al comparar el uso del robot con la laparoscopia, se observan varias ventajas tanto para el cirujano como para el paciente. En procedimientos quirúrgicos que implican el uso de mallas, como aquellas realizadas para corregir un prolapso o tratar hernias, es necesario aplicar múltiples suturas con gran precisión para asegurar que la malla quede plana y llegar a áreas inaccesibles mediante cirugía tradicional.
"Con el uso del robot, me puedo meter en espacios que son muy profundos en la pelvis, darle un mejor agarre y un levantamiento a la paciente. Asimismo, con su uso se pueden observar mejor las estructuras de los vasos sanguíneos y nervios, lo que al mismo tiempo, estaría disminuyendo los riesgos de la cirugía".
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Otras condiciones uroginecológicas que pueden tener el beneficio de la cirugía robótica
La experta destacó que los desórdenes del suelo pélvico pueden abarcar el prolapso, descenso, incontinencia urinaria y fecal, siendo posible que algunos pacientes experimenten una o varias de estas condiciones simultáneamente. Sin embargo, subraya la importancia de evaluar cuidadosamente la situación antes de proceder con cualquier tipo de intervención, con el fin de proporcionar el tratamiento más adecuado y completo.
"Mientras que seguimos avanzando, buscando técnicas y materiales nuevos, idealmente se podría hacer un tipo de cirugía que sea específicamente para cada paciente, para que haya un diagnóstico más exacto de su falla", concluyó.