Se considera que es urticaria crónica si las ronchas se presentan por más de seis semanas.
Por: Belinda Burgos
La literatura científica todavía debate la posible relación entre la urticaria crónica y distintas malignidades ya sea mediante una asociación significativa entre ambas cronicidades o por el contrario, se trate de coincidencias.
Sin embargo, médicos continúan reportando y describiendo casos atípicos como el de una paciente puertorriqueña de 52 años a la que su urticaria crónica que resolvió cuando se le removió un adenocarcinoma del colon.
La urticaria crónica (CU) es una afección relativamente común de naturaleza idiopática. Se ha establecido una variedad de etiologías, pero la mayoría de los casos no tienen una causa identificable. Se pronuncia a través de ronchas en la piel rojas que pican, varían en tamaño y aparecen y se desvanecen repetidamente a medida que la reacción sigue su curso.
Se considera que es urticaria crónica si las ronchas se presentan por más de seis semanas y reaparecen con frecuencia durante meses o hasta años, pero la enfermedad puede ser muy incómoda e interferir con el sueño y las actividades diarias de los pacientes. Entre los tratamientos utilizados se encuentra el antihistamínico.
Los autores del caso describieron que la paciente hispana tenía 48 años sin antecedentes médicos que acudió a una consulta en dermatología para evaluación de unas lesiones pruriginosas (con picor) en diferentes zonas del cuerpo que habían permanecido recurrentes por un periodo de cuatro meses.
Durante el examen físico se observaron pápulas y placas urticariformes en tronco y en las extremidades del cuerpo, y los médicos diagnosticaron urticaria crónica. A la paciente se le otorgó como tratamiento loratadina.
Entre las pruebas realizadas a la paciente estuvieron la función tiroidea, análisis de orina, prueba de anticuerpos antinucleares, heces para huevos y parásitos y heces para sangre oculta. Todos los hallazgos del laboratorio arrojaron resultados negativos, excepto la prueba de sangre oculta en heces, que fue positiva, añaden.
La paciente acudió a un gastroenterólogo que realizó una colonoscopia, que arrojó un gran pólipo de 4.5 cm en el colon sigmoide que, en los resultados de biopsia, arrojó un foco de adenocarcinoma diferenciado con displasia de alto grado.
“El paciente fue sometido a resección laparoscópica. Varios meses después de la cirugía, el paciente fue reevaluado e informó la resolución definitiva de las lesiones de urticaria inmediatamente después de la cirugía y pudo suspender la loratadina. En el seguimiento a los 2 años de la cirugía, el paciente no ha referido ninguna recurrencia de las lesiones urticariformes”, establecieron los autores del caso, quienes añadieron que aunque la paciente nunca mostró síntomas gastrointestinales, sí tenía historial de cáncer de seno familiar.
“Nuestro caso es relevante porque apoya el hallazgo de que en ciertos pacientes, la urticaria crónica y la malignidad pueden compartir una etiología causal. Por lo tanto, las lesiones de urticaria pueden considerarse un fenómeno paraneoplásico. Además, la recurrencia de las lesiones de urticaria puede alertar a los médicos sobre una posible recurrencia del cáncer. Este hallazgo respalda que, junto al diagnóstico de urticaria crónica, se pueden incorporar pruebas de detección relacionada con la edad para descartar la malignidad”, recomendaron.
“Los médicos que tratan la urticaria crónica deben ser conscientes de esta asociación, ya que puede ayudar en el diagnóstico y tratamiento oportunos de la neoplasia maligna en una población selecta de pacientes con esta enfermedad. Hasta donde sabemos, solamente ha habido casos reportados de este tipo”, concluyeron.
Entre los autores del caso se encuentran el Dr. Samuel Sánchez, catedrático auxiliar del Recinto de Ciencias Médicas, la Dra. Marely Santiago, jefa de la Residencia del Departamento de Dermatología de la misma institución, y el Dr. Osward Carrasquillo, dermatólogo.
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