La paciente también presentaba crecimiento de la tiroides, e hiperelasticidad de los párpados como consecuencia de la enfermedad.
Por: María Camila Sánchez
Una paciente de 49 años, con antecedentes de enfermedad de Graves, acudió a consulta de endocrinología con historial de cambios cutáneos en las piernas por 3 años, así como un año de síntomas de tirotoxicosis (exceso de hormonas tiroideas a nivel de los tejidos).
Según refirió, había seguido el tratamiento con carbimazol de forma intermitente, desde su diagnóstico 10 años atrás.
Durante la exploración física realizada, se observaron nódulos violáceos, no puntiformes e indurados en el dorso de las manos, así como en la parte distal de los antebrazos y las espinillas.
También se observó bocio (agrandamiento de la tiroides), proptosis (hinchazón ocular) y laxitud del párpado.
Tras las pruebas de laboratorio, se identificó un nivel indetectable de tirotropina y niveles elevados de tiroxina total y libre, y triyodotironina. También se le realizaron pruebas de detección de receptores de tirotropina y anticuerpos antiperoxidasa tiroidea, que también fueron positivos.
Tras una biopsia cutánea de la región pretibial, se detectó deposición nodular de mucina con degeneración elastótica, por lo que se le diagnosticó dermopatía tiroidea en la enfermedad de Graves.
Dermopatía tiroideaEs la principal manifestación de la acumulación de glicosaminoglicanos en la piel. Aunque la zona pretibial es la más frecuentemente afectada, la dermopatía tiroidea puede aparecer en los pies, los brazos y la parte superior de la espalda.
No suele ser necesaria una biopsia para el diagnóstico, pero en este caso, se realizó una tiroidectomía total, tras la cual se administró un tratamiento con levotiroxina. Además, se administró tratamiento tópico e intralesional con glucocorticoides para las lesiones cutáneas. Diez meses después, los síntomas de la paciente habían remitido.
Enfermedad de Graves
Esta afección hace referencia a la producción excesiva de hormonas por parte de la tiroides. Suele presentarse en mujeres menores de 40 años, y produce agrandamiento notorio de la glándula tiroidea.
En esta paciente, se manifestó en esta paciente con cambios cutáneos característicos y síntomas persistentes.
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