Los pacientes diabéticos descontrolados desarrollan úlceras y gangrena que pueden llevar a amputaciones si no se diagnostican a tiempo.
Por: Laura Guio
La enfermedad arterial periférica se ha convertido en una amenaza silenciosa que está transformando el panorama de la salud cardiovascular en Puerto Rico.
Esta condición, que anteriormente se asociaba principalmente con pacientes de edad avanzada, ahora afecta a una población cada vez más joven, particularmente a aquellos con diabetes descontrolada y múltiples factores de riesgo cardiovascular.
La falta de concienciación sobre sus síntomas iniciales y la tendencia a justificar las molestias como "dolores normales de la edad" están contribuyendo a diagnósticos tardíos que pueden resultar en complicaciones devastadoras e irreversibles.
Por ello, en una entrevista exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública, el Dr. Iván Domínguez, especialista en cirugía vascular, abordó los aspectos más críticos de la enfermedad arterial periférica, una condición que está afectando cada vez más a pacientes jóvenes en Puerto Rico debido al descontrol de la diabetes y otros factores de riesgo.
Los factores de riesgo que no debemos ignorar
Entre los principales factores de riesgo identificados por el Dr. Domínguez se encuentran:
Presión arterial alta
Diabetes mellitus
Hipercolesterolemia (colesterol y triglicéridos elevados)
Tabaquismo
Obesidad
Vida sedentaria
Insuficiencia renal
"Personas que tienen estos factores de riesgo desarrollan esta condición a un paso mucho más acelerado y a una edad mucho más temprana", advirtió el especialista.
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La enfermedad arterial periférica no solo representa un problema médico, sino que transforma radicalmente la vida cotidiana de los pacientes.
El Dr. Domínguez describió cómo actividades básicas como hacer compras se convierten en desafíos insuperables.
"Hay personas que caminan desde el carro hasta la puerta del supermercado y ya tienen que parar, van de la puerta del supermercado a las carnes tienen que parar", explicó, ilustrando cómo la claudicación intermitente limita progresivamente las actividades diarias.
La importancia del diagnóstico tempranoEl especialista enfatizó que el diagnóstico oportuno es fundamental para prevenir complicaciones graves.
"Lo primero es hacer un buen historial, escuchar al paciente, escuchar cuáles son sus síntomas", señaló, destacando la importancia de no justificar los dolores simplemente como "dolores de la edad".
El proceso diagnóstico incluye un examen físico completo que evalúa la presencia de pulsos palpables, el estado de los pies, y la posible presencia de úlceras o gangrena. En casos necesarios, se procede con estudios no invasivos como el doppler, y eventualmente angiogramas para casos más complejos.
Opciones de tratamiento modernasPara pacientes con síntomas debilitantes, úlceras o gangrena, el Dr. Domínguez recomienda la referencia inmediata a un cirujano vascular periférico.
Las opciones terapéuticas actuales incluyen intervenciones mínimamente invasivas que pueden realizarse durante el mismo procedimiento diagnóstico.
"En el mismo tiempo que estamos haciendo ese diagnóstico, podemos hacer una intervención y mejorar la circulación arterial para que los síntomas del paciente mejoren", explicó el especialista.
Un llamado a la prevención y concienciaciónEl Dr. Domínguez hizo un llamado especial a la población puertorriqueña para que no subestime los síntomas y busque atención médica profesional.
Aunque reconoció que internet puede ser un recurso útil, advirtió sobre los peligros del autodiagnóstico.
"Es importante que si los signos y síntomas suenan similares, vayan a su médico primario y se sienten con calma a hablar de sus síntomas", recomendó.
El mensaje final del especialista fue optimista: "A tiempo todo tiene solución". Esta declaración subraya la importancia de la detección temprana y el manejo adecuado de los factores de riesgo para prevenir las complicaciones devastadoras de la enfermedad arterial periférica.