Una de las principales recomendaciones para los pacientes diabéticos e hipertensos, es mejorar su alimentación; de esto depende el avance o retroceso de su enfermedad.
Por: Redacción MSP
Frente a ello, los familiares de estos pacientes tienen múltiples dudas que los embargan, esto, porque no conocen con certeza qué cocinar o no.
La primera recomendación que debes seguir, es consultar con el médico de cabecera que atiende a tu familiar. Será él quien te de la mejor dieta o lista alimenticia que beneficiará significativamente la salud del paciente.
Sin embargo, hoy te daremos algunos consejos que puedes tener en cuenta cuando prepares las comidas. No solo cuidarás el corazón de tu familiar con alguna patología cardíaca, sino que tú también evitarás la aparición de alguna condición cardiovascular.
Recomendaciones
- Son pequeños cambios que podrás implementar para que el avance de tu pariente enfermo sea positivo. Algunos son:
- Si preparas pollo, quítale toda la piel. Allí se encuentra un alto índice de grasa saturada que aumenta significativamente el padecimiento de múltiples enfermedades cardiovasculares.
- Al hacer carnes, intenta que sean magras y los métodos de cocción más recomendados son: asados, a la plancha, horneados y hervidos (los fritos son perjudiciales para el corazón).
- Evita consumir caldos artificiales debido a su alto índice de condimentos y grasas.
- Cambia la carne roja por pescado. Al menos que el paciente pueda comer esta proteína dos veces por semana.
- Cuando cocines papas puedas hacerlas hervidas, en puré y asadas. Evita sofreírlas o cocinarlas con mucho aceite. Al realizar papas fritas, hazlo con aceite de olivar y escúrrelas bien colocándolas sobre un papel absorbente.
- Intenta que las comidas siempre estén acompañadas por verduras, frutas y hortalizas. Según la Fundación Española del Corazón, se recomienda consumir mínimo 5 raciones de estos alimentos al día.
- Disminuye por completo el uso de sal. Para condimentar puedes acompañar las comidas con hierbas aromáticas, condimentos y limón. Si actualmente come con sal, comienza reduciendo la cantidad que usas a la mitad y disminuye gradualmente hasta evitarla. No lleves el salero a la mesa.
- Reduce el consumo de alimentos enlatados que poseen alto contenido sódico, tales como: enlatados, procesados, ahumados, curados (como el jamón) aperitivos salados (como las patatas chip) y sopas en cubitos.
- Una de las principales recomendaciones es la hidratación. Y no con cualquier bebida, intenta tomar mucha agua y jugos naturales con poca azúcar.
- Varía las comidas para que no se vuelva algo monótono y aburrido, sino que por el contrario sea algo saludable y divertido.