En el área clínica se considera adulto mayor aquellas personas que se encuentren en el rango de edad de 65-74 años.
Por: Rosaly Cartagena, PsyD, LND
El proceso de envejecimiento es caracterizado por numerosos cambios que pueden afectar la salud y estilo de vida del adulto mayor. La nutrición juega un papel vital en la calidad de vida, incluyendo los aspectos de salud física, mental y social. Los cambios que ocurren en esta etapa suelen provocar una disminución en el consumo de alimentos lo que aumenta el riesgo de deficiencias nutricionales y enfermedades crónicas.
En el área clínica se considera adulto mayor aquellas personas que se encuentren en el rango de edad de 65-74 años. En la literatura también podemos encontrar que se han establecidos subgrupos debido a que hay personas autónomas muy activas hasta aquellos con dependencia severa. Los subgrupos son: ancianos jóvenes (65-74 años), ancianos mayores (75-80 años) y ancianos viejos (mayores de 80 años).
Las personas envejecen de múltiples maneras dependiendo de las experiencias, eventos cruciales y transiciones afrontadas durante su curso de vida, es decir, implica procesos de desarrollo y de deterioro. El envejecer no es sinónimo de enfermedad, pero tenemos que tomar en cuenta que en esa etapa de la vida ocurren cambios que pueden afectar el estado de salud.
Afecciones comunes asociadas con el envejecimiento- Malnutrición
- Osteoporosis
- Diabetes
- Alteración sensorial
- Osteoporosis
- Depresión
- Cambios en el tracto gastrointestinal
- Deterioro en la función olfativa
- Cambios en la salud bucodental
- Cataratas y los errores de refracción
- Neumopatías obstructivas crónicas
- Fragilidad y deterioro cognitivo
Recomendaciones nutricionales para el adulto mayor
Las necesidades energéticas (calorías) disminuyen con la edad debido a la reducción de masa muscular y el aumento en tejido adiposo. Hay una serie de cambios fisiológicos relacionados con la edad, como una saciedad más rápida y prolongada, problemas dentales y de masticación, menos hambre y sed, y alteraciones del olfato y el gusto, que pueden modificar el comportamiento alimentario. Los adultos mayores pueden comer más despacio, hacer comidas más pequeñas y picar menos, lo que se traduce en un menor consumo de alimentos y, en última instancia, en una pérdida de peso. Cambios en el sistema digestivo, como lo son la disminución gradual de la cantidad y calidad de secreciones digestivas puede conducir a una pobre absorción y por lo tanto un menor aprovechamiento de ciertos nutrientes como las proteínas, vitaminas y minerales.
Una alimentación adecuada y la práctica regular de actividad física son claves para mantener un buen estado de salud en todas las etapas del ciclo de vida. La variedad y el equilibrio en la dieta cobra mayor importancia en el adulto mayor.
10 recomendaciones generales
1. Seleccione comidas que sean agradables al paladar y densas en nutrientes.
2. Si el apetito ha disminuido, distribuya las comidas en porciones pequeñas durante el día.
3. Elija un alimento de cada grupo siguiendo la guía del Plato Saludable.
4. Modifique la consistencia del alimento en caso de falta de piezas dentales o prótesis.
5. El sentido del gusto y el olfato puede deteriorarse por lo que se recomienda una preparación culinaria sencilla con buena presentación visual. El uso de hierbas aromáticas y especias puede contribuir a reforzar el sabor y el aroma de los alimentos sin hacer uso excesivo de la sal.
6. Consuma una variedad de frutas y vegetales, cereales integrales y alimentos bajos en grasa y azúcares.
7. Preste importancia al consumo adecuado de agua debido a que la sensación de sed se reduce en esta etapa.
8. Vele por una buena higiene al momento de la preparación y consumo de alimentos para evitar contaminación.
9. Respete los horarios de comida y evite periodos prolongados de ayuno.
10. Incremente el consumo de calcio el cual se encuentra en los lácteos y vegetales de color verde oscuro y realice 30 minutos de actividad física al día.
Recomendaciones nutricionales por grupos de alimentos
Hidratos de carbono (carbohidratos)
Preferir la selección de carbohidratos complejos. Su digestión es más lenta que la de los azúcares simples (que se deben limitar) por lo que proporcionan energía de forma constante y gradual evitando los cambios bruscos de glucemia (hiper e hipoglucemia).
Presentes en cereales, legumbres, hortalizas y verduras. Ejemplos: avena, arroz integral, batata, quinua, lentejas, guisantes y frutas.
Proteína
Los requisitos de proteínas son similares a los de la población adulta. Las necesidades aumentan cuando hay infecciones, así como alteraciones gastrointestinales. Preferir proteínas de alto valor biológico para asegurar el aporte de todos los aminoácidos esenciales.
Ejemplos: carnes y pescados, huevos, lácteos, legumbres, habichuelas, garbanzos, lentejas así también las almendras y otras semillas secas.
Grasas
Énfasis en el consumo de grasas saludables para prevenir enfermedades crónicas.
Se recomienda utilizar aceite de oliva virgen, rico en ácido oleico (monoinsaturado), vitamina E y otras sustancias antioxidantes, tanto para cocinar como para aderezar los platos.
Vitaminas
Los requisitos de vitaminas no aumentan en el adulto mayor, sin embargo, pueden haber carencias debido a disminuciones en la ingesta de alimentos o a dificultades en la absorción. Debemos prestar atención a las vitaminas del complejo B y vitamina D.
Fuentes: carnes de res o aves, hígado, mariscos, huevos, leche y productos lácteos y otros alimentos enriquecidos o fortificados con esta vitamina.
Minerales
Se debe prestar atención al calcio, el hierro y el zinc porque su déficit es muy frecuente en este grupo de población. El uso de diuréticos y laxantes puede afectar la absorción de ciertos minerales.
Fuentes de estos minerales son: ostras, carnes, garbanzos, nueces, avena, cereales integrales, vegetales de hojas verde oscuro, kiwi, nueces y dátiles entre otros.
Agua
La sensación de sed se ve afectada en el adulto mayor lo que aumenta el riesgo de deshidratación.
El consumo de agua, caldos, sopas, frutas como el melón, jugos 100% frutas y otras bebidas sin endulzar, ayudan a mantener el nivel de hidratación necesario.
Fibra
El estreñimiento suele presentarse con frecuencia en esta etapa. Lo más adecuado es la ingesta equilibrada de fibra, soluble e insoluble y asegurar una correcta hidratación a lo largo del día.
Alimentos ricos en fibra:
Frutas, legumbres, avena y cereales integrales
Estrategias para mejorar la absorción de varios nutrientes en el cuerpo
Proteína
El aumento del ejercicio aeróbico puede tener un efecto positivo en el anabolismo proteico y reducir la resistencia a la insulina al aumentar el suministro microvascular de aminoácidos.
Hierro
Aumentar la ingesta dietética de fuentes de hierro hemo y no hemo, como carnes, pescado (atún, sardina), huevo, cereales enriquecidos, frutos secos, vegetales de hoja verde oscura, soja, garbanzos, tofu, judías tiernas y lentejas, entre otros.
Calcio
Dieta rica en calcio y suplementación de calcio y vitamina D.
Zinc
Consumo de suplementos de zinc.
Magnesio
Ingesta adecuada de alimentos ricos en magnesio, como cereales integrales, vegetales de hoja verde, judías, frutos secos y frutas.
Vitamina D
Suplementar con vitamina D.
Vitamina B12
Consumo de complejo B o suplementos multivitamínicos que contengan 1000 mg de cobalamina al día.
Vitamina B9
Administración de suplementos de vitamina B.
Vitamina B6
Administración de suplementos de vitamina B.
Conclusión
La reducción en el consumo de alimentos puede poner en riesgo nutricional a los adultos mayores. Esto pone de relieve la importancia de los alimentos ricos en nutrientes y de la calidad general de la dieta en la tercera edad para garantizar que la ingesta de nutrientes sea suficiente. Una intervención nutricional adecuada y el consumo de alimentos ricos en nutrientes y antioxidantes puede ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con la edad.
El mantenimiento de un buen estado nutricional en el adulto mayor es un gran reto por diversos factores entre los que se encuentran los fisiológicos, emocionales y sociales. Se necesitan estrategias preventivas eficaces para promover una buena nutrición entre las poblaciones de edad avanzada. Es importante intervenir en etapas tempranas de la vida para promover una buena nutrición y un envejecimiento más saludable.
Trabajar con un dietista-nutricionista licenciado puede ayudar en el desarrollo de un plan de alimentación personalizado que satisfaga las necesidades nutricionales del adulto mayor. Encuentra un listado de profesionales de la nutrición y dietética en la página web del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Puerto Rico (nutricionpr.org).
Referencias
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