Nutrición en adultos diagnosticados con cáncer

Con una planificación adecuada junto al nutricionista, el paciente puede alcanzar una ingesta óptima de calorías y proteínas según sus necesidades y diagnóstico.

Por: Sachelly Julián-Serrano, RD, LND, MHSN


El cáncer es la segunda causa de muerte en Puerto Rico.1 Para el año 2020, se reportaron más de 14,000 mil casos nuevos de cáncer en Puerto Rico.2 La nutrición luego de un diagnóstico de cáncer se enfoca en mejorar el estado nutricional del paciente, manejo de efectos secundarios causados por tratamientos, mantenimiento de peso y mejorar su calidad de vida.3

Importancia de la Nutrición en Pacientes Oncológicos

Las recomendaciones nutricionales para pacientes diagnosticados con cáncer dependerá de:

  • Localización del tumor 
  • Modalidad de tratamiento (quimioterapia, radioterapia, cirugía, entre otros) 
  • Presencia de otras comorbilidades o condiciones médicas 
  • Presencia signos y síntomas secundarios al tratamiento o al tumor  
  • Las necesidades de energía de un paciente oncológico aumentan para el mantenimiento y reparación de tejidos, por lo tanto, se recomienda el consumo de alimentos densos en calorías, proteínas y nutrientes. Las calorías pueden obtenerse de alimentos alto en proteína (como las carnes, pescados, aves o de origen vegetal); farináceos (como el arroz, pasta, pan, papa, plátano y otras viandas); y grasas (aceites, aguacate, nueces, aceitunas). Adicionalmente, el consumo regular de frutas y vegetales provee vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para el funcionamiento celular y procesos metabólicos. 

    El paciente puede lograr una ingesta óptima de calorías y proteína con una buena planificación de sus comidas. Esto puede lograrse junto con el nutricionista-dietista registrado, quien puede realizar ajustes de acuerdo a sus necesidades, tolerancia y su diagnóstico. 

    Impacto de los tratamientos en la alimentación

    Los tratamientos para el cáncer, como la quimioterapia y radioterapia, pueden causar algunos síntomas que directamente pueden afectar la alimentación de un paciente. Algunos de estos efectos secundarios incluyen: 

    • Cambio en el sabor de los alimentos 
    • Lesiones en la boca y en la garganta
    • Náuseas y/o vómitos 
    • Diarrea 
    • Estreñimiento 

    El paciente oncológico puede presentar dificultad para cumplir con sus necesidades calóricas mientras ocurren estos efectos secundarios. Por tanto, educar y guiar al paciente de cómo consumir alimentos durante la presencia de estos síntomas, ayudará a que su ingesta calórica se vea mínimamente afectada. 

    Algunos de los efectos secundarios mencionados pueden causar que el paciente se deshidrate o tenga dificultad de consumir líquidos (por cambios en sabor, lesiones en la boca). Las recomendaciones generales son 64 onzas de agua al día, no obstante, la cantidad de líquidos que el paciente necesite puede ser individual o depender de otras condiciones presentes.

    Seguridad de alimentos

    La prevención de enfermedades transmitidas por los alimentos también es una prioridad en esta población. El tratamiento de cáncer puede afectar el sistema inmunológico del paciente, afectando la capacidad de las células de combatir y recuperarse de infecciones. Algunos ejemplos de seguridad de alimentos son: 

    • Consumir carnes completamente cocidas
    • Evitar alimentos crudos  
    • Lavado de frutas y vegetales con abundante agua  
    • Evitar contaminación cruzada por utensilios de cocina (por ejemplo, evitar usar utensilios de carne cruda para procesar vegetales)
    • Limpiar área de preparación de alimentos frecuentemente (antes y después de cocinar) 

    Conclusión

    Durante un diagnóstico y tratamiento de cáncer, pueden ocurrir uno o hasta una combinación de varios efectos secundarios que pueden afectar la ingesta de alimentos. El monitoreo continuo para guiar al paciente a manejar estos síntomas puede impactar positivamente su tolerancia al tratamiento, calidad de vida y estado nutricional.3,4 El nutricionista-dietista trabajará varias estrategias, junto con el paciente, para que el mismo logre cumplir con su ingesta de calorías durante esta etapa.3

    Referencias:

    1.     Marzán Rodríguez M, Suárez E, De la Torre Feliciano T. (2022). Perfil Epidemiológico de la Mortalidad en Puerto Rico Años 2015-2022. Departamento de Salud de Puerto Rico. San Juan, PR.

    2.     Torres-Cintrón CR, Suárez-Ramos, T, Román-Ruiz Y, Ortiz-Ortiz KJ, De Jesús-Monge V, Gierbolini-Bermúdez A, Zavala-Zegarra D, Tortolero-Luna G. (2023). Cáncer en Puerto Rico, 2016-2020. Registro Central de Cáncer de Puerto Rico. San Juan, PR.

    3.     Oncology Nutrition Dietetic Practice Group. (2023). Oncology Nutrition for Clinical Practice, Second Edition. Academy of Nutrition and Dietetics.

    4.     Hiatt, RA, Clayton, MF, Collins, KK, Gold, HT, Laiyemo, AO, Truesdale, KP, & Ritzwoller, DP. (2023). The Pathways to Prevention program: nutrition as prevention for improved cancer outcomes. Journal of the National Cancer Institute, 115(8), 886–895.



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