La agencia de protección ambiental, está tomando medidas para reducir el óxido de etileno en el aire a fin de minimizar los riesgos.
Por: Dr. José Pérez
El óxido de etileno también conocido como Oxirano u Óxido de dimetilo, es un compuesto orgánico que está siendo monitoreado como muchos otros, por su posible impacto a la salud y el ambiente. El caso más reciente que ha sido evaluado el óxido de etileno por la Agencia de Protección Ambiental federal (EPA), es debido a las emisiones de óxido de etileno en el condado de Lake, en el estado Illinois. Actualmente, se está analizando información de las instalaciones de Vantage y de Medline en Ilinois para determinar los posibles pasos a seguir según los análisis de muestras.
El Congreso de Estados Unidos clasificó el óxido de etileno es uno de los 187 "contaminantes tóxicos o peligrosos del aire", La Ley de Aire Limpio le exige a la EPA que regule los contaminantes tóxicos del aire, limitando la cantidad de contaminación que las fuentes industriales pueden emitir al aire.
El óxido de etileno es un gas incoloro e inflamable a temperaturas y presiones normales, pero se condensa cuando es enfriado. Este gas tiene varios usos y entre ellos tenemos la elaboración de otras sustancias químicas, con las que se fabrican numerosos productos de uso cotidiano, pero su principal consumo es la fabricación de etilenglicoles (alrededor del 60% del óxido de etileno mundial es convertido a mono etilenglicol que es un ingrediente químico del "coolant" y un 13% se destina a polietilenglicol. Además, el óxido de etileno se ha utilizado para la esterilización de dispositivos que no pueden esterilizarse con vapor, por ejemplo, algunos equipos médicos y odontológicos.
La agencia de protección ambiental, está tomando medidas para reducir el óxido de etileno en el aire a fin de minimizar los riesgos. La EPA comenzó a revisar sus normas sobre emisiones de contaminantes tóxicos del aire para las fábricas de químicos orgánicos diversos, algunas de las cuales emiten óxido de etileno, por lo que se está obteniendo información adicional sobre las emisiones industriales
Entre los efectos nocivos de este gas, se ha encontrado que aspirar bajos niveles de óxido de etileno durante meses o años puede producir irritación de los ojos, dolor de cabeza, náusea. La inhalación del gas puede causar tos, mareo, somnolencia, dolor de cabeza, náusea, vómitos, dolor de garganta, dolor de cabeza, pérdida de la memoria, adormecimiento, entre otros síntomas en la piel y las vías respiratorias. Se ha encontrado que podría afectar el sistema nervioso y el aparato reproductor. Las exposiciones a niveles más altos por períodos más breves han causado efectos similares, aunque más severos. Además, hay cierta evidencia de que la exposición al óxido de etileno puede inducir abortos en mujeres embarazadas.
La EPA clasificó al óxido de etileno como un carcinógeno humano en diciembre de 2016. Al momento la EPA no tiene un "límite claro", o un nivel de óxido de etileno por debajo del cual la calidad del aire se considere aceptable, pero si considera que toda exposición, incluso leve, a un agente carcinógeno crea algún riesgo de cáncer.