Los esposos retornaron al país después de 22 años de haber salido a estudiar medicina y ahora contribuyen a la salud de Puerto Rico.
Para el especialista es gratificante ver como algunos de sus pacientes con arritmias cardiacas han sido curados.
Miranda comprendió que la vocación que ama y valora viene de la mano de Dios, pues entiende que la Medicina no es tan solo una profesión, sino un ministerio.