En el siglo XIX, los médicos del mundo estaban perplejos por el cólera, una misteriosa enfermedad que estaba cobrando la vida de millones de personas en el mundo. En ese momento nadie sabía cómo evitarlo hasta que John Snow, un médico inglés, comenzó a investigar el brote de 1854.
Los antibióticos son la línea de defensa fundamental que la medicina ofrece para luchar contra las infecciones bacterianas.