Las células mesenquimales regeneran y reparan los tejidos dañados y sustituyen las células que mueren rutinariamente, estas se caracterizan por tener una gran capacidad de expansión y diferenciación, lo que les permite renovarse con facilidad y dar lugar a diversos tipos celulares, como células óseas, adiposas y cartilaginosas; además cuentan con capacidad para la regeneración de tejidos, ayudando a la cicatrización, evitando la muerte celular y facilitando la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Científicos han probado con éxito una terapia con células madre mesenquimales en tres pacientes con lupus eritematoso sistémico afectados en el riñón