El tratamiento inicial es no quirúrgico, utilizando una férula para mantener el dedo en posición ligeramente flexionada hacia arriba durante 6 a 8 semanas.
Por: Jose Ibraim Alape
El dedo en martillo, también conocido como Mallet Finger, es una lesión traumática que afecta la extremidad del dedo, causando una flexión permanente y la incapacidad de extenderlo. Este tipo de lesión suele ser el resultado de un traumatismo, siendo comúnmente asociado con situaciones donde una fuerza externa provoca una flexión excesiva de la punta del dedo, como en el caso de ser golpeado por una pelota de béisbol.
Causas y mecanismo de lesión
El dedo en martillo se origina cuando el tendón extensor, responsable de la extensión del extremo del dedo, se rompe debido a una fuerza que dobla la yema del dedo más allá de su rango normal de movimiento. Este tipo de lesión puede afectar uno o varios dedos y, en algunos casos, puede ir acompañado de luxación en la articulación.
Síntomas y diagnóstico
Inmediatamente después de la lesión, los síntomas incluyen dolor, hinchazón, hematoma y la incapacidad de extender el dedo afectado. La articulación permanece flexionada, y en ocasiones se puede observar acumulación de sangre debajo de la uña, conocido como hematoma subungueal. El diagnóstico se realiza mediante exploración física y radiografías para detectar posibles fracturas.
Tratamiento no quirúrgico
En la mayoría de los casos, el tratamiento inicial es no quirúrgico. El médico puede extender el dedo y aplicar una férula para mantenerlo en una posición ligeramente flexionada hacia arriba. Esta férula se utiliza durante un período de 6 a 8 semanas. Es crucial recibir atención médica inmediata, especialmente si hay signos de laceración del lecho ungueal o fractura expuesta.
Entablillado y rehabilitación
Existen diferentes tipos de entablillados y yesos diseñados para mantener la punta del dedo recta mientras el tendón se recupera. Durante las primeras semanas, se utiliza un entablado a tiempo completo, seguido de un uso gradualmente reducido en las semanas posteriores. La rehabilitación incluye ejercicios para mantener el movimiento de la articulación y prevenir la rigidez.
En casos donde hay fragmentos óseos grandes o mala alineación articular, la opción quirúrgica puede considerarse. La cirugía implica el uso de clavijas, alambres o pequeños tornillos para realinear la articulación y fijar los fragmentos óseos. Además, la reparación quirúrgica del tendón dañado puede incluir el uso de injertos de tendón o la fusión de la articulación para restaurar la función.
En el caso de lesiones en niños, donde el cartílago que controla el crecimiento del hueso puede estar comprometido, se debe prestar una atención cuidadosa para evitar deformidades o atrofias.
Dicho lo anterior, el dedo en martillo es una lesión traumática que, con el tratamiento adecuado, puede sanar con éxito, devolviendo la función y la apariencia normales. La elección entre el tratamiento quirúrgico y no quirúrgico dependerá de la gravedad y la naturaleza específica de la lesión.
Fuentes consultadas aquí y aquí