El daño a la estructura del hueso es la principal particularidad que distingue estos traumatismos.
Por: Luisa Ochoa
Las lesiones son muy habituales en el día a día y en las prácticas deportivas aún más, sin embargo, cada lesión tiene sus características, implicaciones en la salud de las personas y alternativas para tratarlas. Algunas de las más frecuentes son los esguinces, luxaciones y fracturas.
Sobre ello, expertos del área de traumatología de las Clínicas Por tu Salud explicaron las principales diferencias entre estos tipos de lesiones y cómo identificarlos.
Esguince: desgarro de las bandas resistentes que conectan dos huesos
Los esguinces de tobillo son tan recurrentes que representan el 25 % de todas las lesiones relacionadas con el deporte. Esta lesión se define cómo un estiramiento o desgarro de los ligamentos que se encuentran alrededor de una articulación.
Cabe mencionar que el esguince aparece en el momento en el que los ligamentos se estiran demasiado, pudiendo darse una rotura y los síntomas más habituales suelen ser dolor e inflamación de la zona.
Los esguinces también tienen distintos grados, el primero genera un estiramiento sin rotura; en el segundo, la rotura es parcial; mientras que en el tercero, se presenta la rotura del tejido ligamentoso, representando el caso más grave de todos.
Múltiples fuentes médicas refieren que la diferencia entre un esguince y una distensión se basa en que el primero lesiona las bandas de tejido que conectan dos huesos, mientras que la segunda implica una lesión de un músculo o de la banda de tejido que une un músculo a un hueso.
El tratamiento inicial de los esguinces incluye reposo, hielo, compresión y elevación. A menudo los esguinces leves se pueden tratar en casa, pero si una persona presenta los siguientes síntomas es necesario que acuda a un médico.
No poderse mover ni soportar peso sobre la articulación afectada.
Experimentar dolor directamente sobre los huesos de una articulación lesionada.
Experimentar adormecimiento en cualquier parte de la zona lesionada.
¿Qué es una luxación?
La luxación se entiende como una dislocación de una articulación, de manera que se produce una pérdida de contacto entre la estructura ósea y las superficies articulares. Es lo que comúnmente se conoce como la salida de un hueso de su lugar.
Sin embargo, una luxación no implica que exista una rotura, aunque sí que suele darse daños en los nervios o en los ligamentos.
Además, la principal causa de las luxaciones tiene que ver con los traumatismos fuertes, hechos que resultan bastante dolorosos para los pacientes.
Es importante precisar que puede ser difícil diferenciar entre un hueso luxado y un hueso fracturado, pero ambas son emergencias que necesitan de primeros auxilios.
Fractura, una lesión que implica rotura
Las fracturas son accidentes comunes que pueden afectar a personas de cualquier edad, desde niños hasta adultos mayores. Esta lesión consiste en el daño a la estructura de un hueso, es decir, que hay rotura, la principal diferencia entre las dos lesiones anteriormente mencionadas.
Si en la rotura el hueso es capaz de romper la piel, se denomina fractura abierta, que suelen ser comunes en accidentes de automóvil, caídas o lesiones deportivas.
Generalmente, cuando ocurre una fractura aparecen cuatro signos: rubor (cambio de coloración en la piel o los tejidos que se encuentran alrededor de la fractura), tumor (aumento de volumen de la zona afectada), calor (aumento local de la temperatura) y dolor.
Debido a que alrededor de los huesos hay músculos, arterias, venas y nervios, estas estructuras también pueden verse afectadas por una fractura. Por ende, si una fractura no es atendida adecuadamente, los tejidos pueden inflamarse al grado de obstruir la circulación sanguínea del segmento dañado.
De acuerdo con Michell Ruiz Suárez, experto en traumatología y ortopedia, y académico de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, las fracturas más comunes en los niños son las de codo; en los adultos, las de tobillo; y en los adultos mayores, las de muñeca, radio, hombro, cadera y columna vertebral.
Fuente consultada aquí.