El uso de la PrEP está especialmente recomendado para personas en situaciones en las que tienen un alto riesgo de contraer el virus.
Por: Stephania Cortés
La PrEP (profilaxis previa a la exposición) es un tratamiento innovador que se ha convertido en una de las principales estrategias de prevención del VIH. Este tratamiento, disponible en forma de pastilla diaria o inyección bimensual, ha demostrado ser muy eficaz y reduce el riesgo de infección por VIH de transmisión sexual hasta en un 99%.
¿Quiénes deben considerar el uso de la PrEP?
Cualquier persona sexualmente activa que no tenga VIH puede beneficiarse de la PrEP. Sin embargo, es importante discutir su uso con un médico que pueda evaluar si es apropiado para su situación particular.
La PrEP es una opción viable para las siguientes personas: han tenido sexo anal o vaginal en los últimos 6 meses, tienen una pareja sexual que vive con VIH, no usan condon regularmente, han sido diagnosticados con otra enfermedad de transmisión sexual (ETS) en los últimos seis meses, comparten agujas, jeringas u otro equipo para inyectarse drogas, han usado PEP (profilaxis postexposición) en varias ocasiones.
Para las mujeres embarazadas y lactantes que corren riesgo de contraer la infección por VIH, la PrEP también proporciona una capa de protección para ellas y sus bebés.
¿Cómo se usa la PrEP?
Hay tres formas principales de utilizar la PrEP, cada una adaptada a diferentes necesidades:
- Pastillas diarias: la forma más común y consistente de usar PrEP.
- Inyección bimensual: después de dos dosis iniciales (una al inicio y otra al mes), las inyecciones se administran cada dos meses.
- PrEP "a demanda": conocida también como PrEP intermitente, esta opción permite tomar PrEP solo en momentos de alto riesgo, siguiendo un régimen específico.
Es importante tener una conversación abierta y honesta con su médico para determinar cuál de estas opciones es mejor para usted.
Efectividad y seguridad de la PrEP
La PrEP, cuando se usa correctamente, puede reducir significativamente el riesgo de transmisión del VIH a través del sexo y el intercambio de agujas. Sin embargo, la eficacia depende en gran medida del cumplimiento del tratamiento, lo que incluye tomar los comprimidos todos los días y acudir a las citas para las inyecciones.
La PrEP no protege contra otras enfermedades de transmisión sexual, por lo que se recomienda el uso de condón para una protección completa.
En términos de efectos secundarios, la PrEP se considera segura ya que la mayoría de las personas sólo experimentan síntomas leves, como náuseas y dolores de cabeza, que suelen mejorar con el tiempo. Es importante informar cualquier efecto secundario persistente a su médico para que pueda obtener el apoyo que necesita.
Acceso y costo de la PrEP
La PrEP está disponible en una variedad de clínicas, centros de salud y consultorios médicos. La mayoría de los planes de seguro médico, incluido Medicaid, cubren el costo del tratamiento y existen programas de asistencia para personas que no tienen seguro médico o están pasando por dificultades financieras.
La compañía Gilead, el fabricante de la PrEP, ofrece un programa de asistencia con medicamentos que permite que más personas accedan a este tratamiento sin que el costo sea una barrera.
Para aquellos interesados en comenzar con la PrEP, es importante que consulten con un profesional de la salud que pueda guiarle en el proceso, asegurando que el tratamiento sea tanto accesible como efectivo para su situación particular.
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