El Grupo de Espectrometría Atómica Analítica de la Facultad de Ciencias Universidad de Alicante (UA), en colaboración con la Universidad de Pau et des Pays de L’Adour (Francia), ha desarrollado un innovador método analítico capaz de mejorar el diagnóstico y seguimiento de enfermedades oncológicas a partir de un muestra de suero sanguíneo.
Se trata de un procedimiento que detecta simultáneamente varios biomarcadores ahorrando tiempo y costes con respecto a las técnicas empleadas actualmente en los laboratorios de análisis clínico que sólo permiten determinarlos de manera individual.
“En su mayoría, los marcadores oncológicos carecen de suficiente sensibilidad y especificidad, limitando con ello su utilidad clínica. Sin embargo, un análisis que incluye diferentes biomarcadores cuya concentración pudiera verse afectada por el tipo de cáncer del que se tenga sospecha, incrementa la precisión diagnóstica”, explica la doctora en Química Emma Pérez, autora del estudio junto a los profesores Juan Mora y Guillermo Grindla.
Mayor sensibilidad
Otra ventaja del método ideado por los investigadores de la UA frente a otros existentes, radica en su mayor sensibilidad, es decir, su capacidad para observar cambios en los niveles de concentración de los biomarcadores. “Esto significa que mejora hasta diez veces la capacidad de detectar alteraciones en los niveles cancerígenos que se puedan producir como respuesta al tratamiento o a la evolución de la enfermedad. Gracias a ello, el equipo médico puede actuar y tomar decisiones de forma mucho más rápida y eficaz”, señalan los investigadores.
En concreto, se analizan suero sanguíneo, componente de la sangre caracterizado por la ausencia de glóbulos rojos, glóbulos blancos o agentes coagulantes, mediante la técnica de espectrometría de masas con plasma acoplado por inducción (ICP-MS).
“Durante el análisis, una pequeña muestra de suero humano se incuba con una mezcla de anticuerpos marcados con polímeros de lantánidos, es decir, metales de transición poco comunes en muestras biológicas. A continuación, el inmunocomplejo formado se separa del anticuerpo sobrante mediante cromatografía de exclusión de tamaño, y la concentración de marcadores tumorales se determina por ICP-MS a través de la señal de los lantánidos”, explica Pérez.
Este trabajo, además de suponer un avance en la detección precoz y seguimiento de enfermos oncológicos, abre puertas a otras novedosas metodologías analíticas basadas en el empleo de inmunoensayos e ICP-MS.
En la industria alimentaria, por ejemplo, puede aplicarse a la localización de toxinas a niveles de concentración muy por debajo de los permitidos por la Unión Europea. De hecho, el método desarrollado por los investigadores de la UA podría rebajar los niveles permitidos de contaminación en leche por aflatoxina M1 (AFM1) hasta en diez veces. La AFM1 representa un serio peligro para la salud de los consumidores debido a su actividad cancerígena, teratogénica y mutagénica, con capacidad de afectar a órganos como el hígado, riñón y cerebro.
“La legislación que regula los niveles permitidos de compuestos tóxicos y toxinas en alimentos no se desarrolla sólo en función de sus valores saludables sino, sobre todo, en función de los niveles a los que puedan llegar las metodologías analíticas disponibles”, señalan los investigadores. Es por ello que – insisten– los avances en el desarrollo de métodos, como el de la Universidad de Alicante, ayudarán a establecer leyes más restrictivas y a mejorar la seguridad de los alimentos.
Tomado de Agencia Sinc