Ambos, son analgésicos y antipiréticos, lo que significa que pueden aliviar el dolor y reducir la fiebre. Sin embargo, hay algunas diferencias entre ellos.
El paracetamol (acetaminofén) y el ibuprofeno son los dos analgésicos más comunes del mundo. Por lo general, ambos son utilizados para reducir el dolor y la fiebre, y son seguros siempre y cuando se ingieran en las dosis adecuadas.
Sin embargo, la elección entre uno de estos fármacos depende del problema de salud a tratar, así lo hace saber la Presidenta del Comité Científico de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), Neus Caelles.
¿En qué se diferencian?
El ibuprofeno tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias, por lo que puede ser más efectivo para tratar el dolor causado por la inflamación, como la artritis o la faringitis. El paracetamol, por otro lado, es mejor como antitérmico, es decir, cuando además de dolor hay fiebre.
Sin embargo, debe tener en cuenta que el ibuprofeno puede ser más adecuado en patologías que cursen con inflamación, mientras que el paracetamol se utiliza principalmente para tratar el dolor sin inflamación.
Paracetamol
Pros:
Suele ser utilizado para aliviar los dolores de cabeza, muelas, quemaduras del sol y fiebre.
Trabaja directamente con los nervios y receptores del cerebro para aliviar el dolor.
Tiene efectos secundarios mínimos en niños y adultos si se toma correctamente.
Es seguro tomarlo con otros antibióticos y medicamentos para el resfriado.
Contras:
El paracetamol hace efecto entre los 45 a 60 minutos después de la primera dosis.
El dolor y la fiebre solo se reducen por cuatro horas.
Es menos eficaz para reducir el dolor asociado a la inflamación.
El consumo excesivo puede ser perjudicial para el hígado; no debe usarse en personas con daños hepáticos.
Ibuprofeno
Pros:
Funciona para reducir la fiebre alta, disminuir el dolor y la inflamación.
Reduce la inflamación en la zona lesionada, esto hace que sea más eficaz para aliviar el dolor de los músculos y lesiones corporales que incluyan inflamación.
Actúa 30 minutos después de la primera dosis, y su efecto puede durar hasta 6 horas.
Contras:
Puede desencadenar algunos efectos secundarios como el malestar estomacal.
Contiene algunos químicos que pueden agravar úlceras estomacales y quemaduras en la mucosa del estómago si se consume diariamente por periodos prolongados.
Debe ser tomado con comida, y si uso es reiterado, con protectores de estómago.
La hemorragia interna como consecuencia no es común, pero es un factor de riesgo.
En algunos pacientes, reduce la capacidad del cuerpo para formar coágulos de sangre.
Qué debe tener en cuenta
A pesar de que se consideran seguros y son fármacos comunes en los botiquines domésticos, es importante tener en cuenta que no están exentos de riesgos debido a sus mecanismos de acción en ciertos pacientes.
Antes de tomar cualquier medicamento, especialmente si tiene condiciones de salud crónicas, como por ejemplo, úlcera gástrica, insuficiencia renal o hepática grave o está tomando antihipertensivos, es importante hablar con su médico.
Ellos podrán brindarle recomendaciones específicas basadas en su situación médica, ya que el paracetamol puede tener riesgos, sobre todo las dosis altas puede afectar el hígado, por lo que no se recomienda su uso en caso de insuficiencia hepática.
Otro consejo, es no tomar estos medicamentos de forma prolongada sin la supervisión médica. Si los síntomas persisten, busque atención para un diagnóstico adecuado.
¿Cuándo elegir cada uno?
Aunque su función puede ser parecida, al momento de elegir entre ibuprofeno y paracetamol, es importante tener en cuenta varios factores:
Tipo de dolor: El ibuprofeno puede ser más efectivo para el dolor causado por la inflamación, como el dolor muscular o el dolor articular. En cambio, el paracetamol es más efectivo para el dolor leve a moderado, como dolores de cabeza o fiebre.
Condiciones de salud preexistentes: El ibuprofeno puede tener efectos adversos en el estómago y los riñones, mientras que el paracetamol puede afectar el hígado.
Interacciones con otros medicamentos: Si está tomando otros medicamentos, es crucial verificar si hay posibles interacciones, ya que algunos pueden potenciar o disminuir los efectos de estos analgésicos.
Preferencias personales: En algunos casos, la elección puede basarse en preferencias personales o experiencias previas. Si ha tenido buenos resultados con uno de los medicamentos en el pasado, es posible que prefiera seguir usándolo.
Fuentes consultadas aquí, aquí y aquí.