El síndrome de Asperger, contrario a lo que la población general cree, no es una condición. En la actualidad, los especialistas afirman que se considera como un trastorno que hace parte del trastorno del espectro autista (TEA).
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
El síndrome de Asperger, contrario a lo que la población general cree, no es una condición. En la actualidad, los especialistas afirman que se considera como un trastorno que hace parte del trastorno del espectro autista (TEA). De acuerdo con estadísticas, 1 de cada 110 niños es afectado por el síndrome de Asperger, cifras que indican un aumento -al que no se atribuyen causas- de autismo en ese país.
El asperger se identifica fácilmente, en comparación con este tipo de trastornos, debido a las dificultades que manifiestan los afectados para comprender signos no verbales, información de doble sentido, comportamientos repetitivos o uso de un lenguaje enciclopédico, también conocido como ‘prosodia robótica’. Sin embargo, alrededor de esta anomalía existen numerosos mitos que se han fortalecido, en parte a la difusión errónea de información aparentemente relacionada con este síndrome.
El más común tiene que ver con el coeficiente intelectual de las personas que padecen el síndrome de Asperger. Para muchas personas, los niños y adultos con el trastorno son más inteligentes que el promedio de la población pero en realidad, menos del 10% de afectados tienen una inteligencia superior a la media, mencionó Alexandra Pardos, directora de Educational & Neuropsychological Unit de Vithas Internacional (Madrid).
Según información proporcionada por los CDC, el diagnóstico del síndrome de Asperger -como en otros trastornos agrupados en los TEA- no se realiza fácilmente, ya que los síntomas se manifiestan con mayor claridad sobre los 4 años. Y pese a que la enfermedad no tiene una cura, una detección temprana sin duda resulta vital para que se inicie un tratamiento personalizado y se mejore significativamente la calidad de vida. "Generalmente realizamos un abordaje cognitivo-conductual cuyo principal objetivo es el aprendizaje de estrategias, técnicas y conductas que compensen la dificultad de comunicación y relación, disminuyendo la frustración", explicó Pardos en sus declaraciones a infosalus.com
De acuerdo con la especialista, se debe tener en cuenta que los pacientes con Asperger suelen desarrollar cuadros de ansiedad, depresión, problemas conductuales o aislamiento. Por ende, resulta clave que los especialistas trabajen cada caso de manera individualizada, brinden apoyo a padres y cuidadores y estén atentos a cualquier evolución que se presente. "Trabajar en terapia individual es muy importante para la comprensión, aceptación y rehabilitación de sus dificultades, pero también la terapia grupal, con el fin de promover las habilidades sociales, práctica que podemos llevar a cabo mediante talleres adaptados a esta problemática", puntualizó la experta.