Un alumno de la Licenciatura en Ingeniería Química del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), creó una prótesis mamaria personalizada para mujeres que se sometieron a una mastectomía por cáncer de mama.
Un alumno de la Licenciatura en Ingeniería Química del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), creó una prótesis mamaria personalizada para mujeres que se sometieron a una mastectomía por cáncer de mama.
Esta prótesis, aún en etapa de prototipo e ideada por el estudiante Erik Adrián Muñoz Arellano, está hecha de un tipo de poliuretano con memoria molecular que vuelve a su forma original tras sufrir cualquier deformación.
Asimismo, el polímero puede fundirse y adquirir nuevas formas, haciéndolo reciclable y amigable con el medio ambiente. El material resiste condiciones adversas a las que podría enfrentarse la prótesis, como la exposición al sudor de las mujeres o al agua clorada o salada, a diferencia de otras existentes en el mercado que no soportarían tales condiciones.
De acuerdo con Muñoz Arellano, el proyecto surgió de las quejas de varias mujeres sobre las prótesis que tenían que usar. Estas usuarias han reportado los siguientes problemas: deformación en las prótesis, falta de simetría y de tallas, son muy pesadas o muy livianas, no son adecuadas para sumergirse en el agua, algunas causan irritación debido a la falta de ventilación.
Por lo tanto, lo primero que se hace es tomar un modelo del tórax de la mujer mediante un escáner tridimensional, que incluye el seno sano y el espacio del cual se extrajo el tejido canceroso. Posteriormente, se pesa el seno que permanece y se toman medidas de este y del espacio de extirpación mamaria.
Una vez obtenida la información, el diseño se lleva acabo con un software especial; y finalmente, la prótesis se imprime en 3D y se forra tomando en cuenta los gustos de cada mujer.
Cabe señalar que las prótesis comerciales están hechas de siliconas que son demasiado densas, las cuales aportan al seno un volumen adecuado pero con un peso excesivo. Esto provoca una descompensación, lo que hace que la columna vertebral se doble para recuperar su estabilidad, lo que a su vez puede causar malformaciones de cadera, columna vertebral y rodilla.
La innovadora prótesis recibe el nombre de Cali, tomado del griego y que significa bello, y actualmente está en proceso de registro de patente. Hasta el momento, se han concretado más de 300 pruebas en mujeres para refinar los detalles del producto. Su vida útil es de cinco años, y puede costar entre 2,500 y 3,500 pesos. En comparación, las prótesis de silicona pueden durar un año o año y medio, y tener un costo de entre 3,500 y 15,000 pesos.