El pie plano es una condición que caracteriza a las personas que no cuentan con un arco plantar o bóveda plantar. La apariencia del pie plano en los primeros años de vida, es normal, debido a la presencia de un tejido adiposo alojado en la planta del pie. Sin embargo, a los tres años de edad, el pie comienza a amoldarse y se vuelve evidente el arco interno.
Las causas del pie plano pueden ser además condiciones neurológicas como el polio; musculares, que causan dolores como la hipotonía; el desbalance de ciertos músculos, como la perlesía cerebral; y anatómicas, como la coalición tarsal, en la que ciertos huesos del pie no se han separado durante el desarrollo.
Una vez se diagnostica el pie plano flexible, se debe tener en cuenta si el paciente tiene dolor crónico o la simple preocupación por la forma de su pie. Para quienes no tienen dolencias, no se formula ningún tipo de tratamiento.
El pie plano flexible es una manifestación normal y no causa ninguna incapacidad en la edad adulta. Cuando el paciente no presenta síntomas, es mejor que esté bajo observación. Cuando los presenta, se debe determinar el tratamiento a seguir.
Si el paciente tiene dolor, el médico explica que esta molestia se debe a que el tendón de Aquiles se acorta debido a la forma del pie. En este caso si se aconseja seguir al pie de la letra, una serie de ejercicios para estirar el tendón de Aquiles, y el uso de plantillas para dar soporte al arco plantar.
Para aquellos pacientes que después de 3 meses de haber seguido con juicio el tratamiento, continúan con dolor crónico, se les recomienda una intervención quirúrgica para reconstruir el arco del pie.
Según explica la dra. Lissette Salgueiro Canetti, ortopeda pediatra, la cirugía consta de unos cortes en ciertos huesos del pie para cambiar su forma y hacer que la mecánica de la pisada sea correcta. Se trabaja con el hueso del calcáneo donde se practica una osteotomía de alargamiento insertando un injerto de hueso. Posteriormente se hace otra osteotomía en el cuneiforme medial donde se remueve una cuña inferior. Luego se trabaja con los tendones que están acortados, el tendón de Aquiles y el peroneous brevis, que se alargan durante la cirugía.
Los pacientes duran 1 o 2 días hospitalizados y se les da de alta una vez tengan puesto un yeso corto. A las dos semanas, pueden volver a la escuela en silla de ruedas. El yeso dura aproximadamente 8 semanas. Sólo hasta dentro de tres meses después de realizada esta cirugía, el paciente puede realizar algún tipo de deporte.