Desde su infancia, el investigador y neurólogo Ángel Viñuela se sintió inmensamente motivado por la investigación de lucha contra el párkinson. Su tía abuela, una microbióloga altamente reconocida en su época fue su ejemplo a seguir desde niño, de quien aprendió la pasión por las ciencias y el interés por lograr un sueño: ser científico.
Rosmery Cernadas
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Desde su infancia, el investigador y neurólogo Ángel Viñuela se sintió inmensamente motivado por la investigación de lucha contra el párkinson. Su tía abuela, una microbióloga altamente reconocida en su época fue su ejemplo a seguir desde niño, de quien aprendió la pasión por las ciencias y el interés por lograr un sueño: ser científico.
En España, la tierra que le vio nacer, emprendió sus primeros pasos para perseguir su meta. Allí inició sus estudios de medicina para –posteriormente- iniciar su residencia: “Decidí que el sistema nervioso y el cerebro podrían unificar la parte clínica de mi interés y la investigación”,afirmó en conversación con Revista Medicina y Salud Pública (MSP).
Fue cuando se convenció de que estudiaría una especialidad que ameritaría tanto esfuerzo y tantos desafíos, pero a su vez tanta satisfacción: la neurología. Para lograrlo inició su residencia en la Universidad Autónoma de Madrid, España.
Al tiempo, ávido de conocimientos y sin menguar en la investigación como premisa fundamental, viajaba cada verano al sur de California, específicamente a la Universidad de Irvine donde, junto a otros científicos, realizaba estudios de neurociencias de los cuales derivaron importantes artículos.
Allí también conoció y compartió experiencias con Edward Jones, famoso científico estudioso de la anatomía y el cerebro humano.
Japón fue su siguiente destino. Esta vez, el Frontier Research Program, un programa donde financiaban proyectos que, por su riesgo, no eran patrocinados en Europa o Estados Unidos abrió sus puertas al joven científico.“Escogían al mejor de cada campo en el mundo (…) y Jones era uno de ellos. Entonces yo empecé a ir a Japón a hacer investigaciones”, comentó a MSP.
Interés especial hacia el párkinson
La Fundación Parkinson Puerto Rico se encuentra disponible para todos aquellos interesados a través de su página web parkinsonpr.org y en redes sociales.
Del viejo al nuevo mundo
Aunque con sangre europea, el mayor desafío de este oventense está dirigido a aumentar la calidad de la salud en Puerto Rico, así como la cantidad de profesionales en la isla, especialmente aquellos dedicados al párkinson.
Con energía contagiosa y el carisma que le caracteriza afirmó que “no hay que hacer cosas muy espectaculares ni muy avanzadas para mejorarle la vida a un paciente”, finalizó. Verdaderamente, un humano con una labor digna de resaltar que demuestra incondicional interés por esta nueva tierra que le acogió entre sus brazos.