La isla registra sobre 400 amputaciones al año por causas cardiovasculares.
Sobre 2,500 amputaciones son realizadas en Puerto Rico, constituyendo esto una carga para el sistema de salud de la isla con los altos costos que devenga el procedimiento y siendo un riesgo para la salud pública del país.
“Los varones están en mayor riesgo desde antes de los 50 años, por los niveles bajos de estrógeno. La mujer tiene un riesgo mayor después de los 50 años. Nuestra experiencia es que las amputaciones están más relacionadas a la enfermedad cardiovascular y arterioesclerosis”, sostuvo el Dr. Jorge Arzola Colón, radiólogo invasivo.
Por tal razón, especialistas de la Sociedad de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares y la Sociedad de Médicos Podiatras de Puerto Rico se unieron en un frente común que buscará reducir en un 50% de las amputaciones en la isla para el 2025, según estipularon en conferencia de prensa desde el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe.
“Sabemos que en Puerto Rico hay una gran epidemia de pacientes diabéticos y con esto aumentan los riesgos de amputaciones. Sobre 500 mil habitantes tienen un diagnóstico de diabetes. Más de un 20% de estos pacientes van a desarrollar problemas en sus extremidades que los ponen en riesgo de perder su extremidad. Por eso el rol de nuestra sociedad es reducir los riesgos que enfrenta este tipo de paciente, ya que la amputación no siempre es la mejor solución”, indicó la Dra. Lourdes Kutbi, presidenta entrante de la Sociedad de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares.
“Sobre 2,500 amputaciones de piernas se realizan en Puerto Rico. Tenemos que estar muy claros de que tenemos que llevar un mensaje de prevención no solo para los médicos, si no para que los pacientes estén alertas. En Puerto Rico sí existen alternativas de tratamientos. El riesgo de mortalidad a cinco años en un paciente amputado con diabetes es 60%, mientras que uno no diabético tiene riesgo de mortalidad de 54%. Los pacientes diabéticos están en mayor riesgo. El 70% de las amputaciones ocurre en pacientes diabéticos”, aseguró la podiatra.
Este cúmulo de casos se dividen entre causas periferovascular, cáncer, traumas a causa de accidentes, entre otras, reveló el Dr. Ricardo Jaén, cirujano podiatra y pasado presidente de la Sociedad de Médicos Podiatras de Puerto Rico.
“Se debe trabajar en equipo para prevenir la amputación que incluya el médico de familia, podiatra, endocrinólogo, nutricionista, nefrólogo y a los cirujanos intervencionistas (incluyendo cardiólogos, radiólogos, cardiotoráxico y neurólogos) y el médico primario para prevenir y educar una futura amputación en estos pacientes. Muchas veces los pacientes con colesterol alto pueden desarrollar enfermedad periferovascular y estar en riesgo por la obstrucción de las arterias principales. Los fumadores también están en riesgo”, indicó.
“Una vez el paciente identificado,existen curaciones con distintos tipos de medicamentos, antibióticos específicos, el utilizar plata y yodo para cerrar heridas y otros tratamientos. Hace una década este panorama era más complicado”, abundó.
Por su parte, el doctor Damián Grovas Abad, cardiólogo intervencional del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe, indicó estar preocupado ante la alarmante cifra de pacientes con enfermedad periferovascular.
“Los números son alarmantes. Por ejemplo, el pie con gangrena, el pie rojo, etc., es el 1 o 2% de la práctica de la medicina habitual. En mi práctica, el 60% de los pacientes con enfermedad periferovascular son los pacientes que tienen “critical limb ischemia” (enfermedad periferovascular avanzada) y es una gran preocupación para mí como (cardiólogo) intervencional. La amputación se puede evitar. La prevención es fundamental”, sentenció el especialista.
“Amputar a un paciente conlleva gastar unos $50 mil anualmente”, apuntó, cifra que incluiría prótesis, terapias, hospitalizaciones , entre otras intervenciones, lo que podría elevarla a $60 mil.
Mientras, el Dr. Javier Ruíz Aburto, cirujano cardiovascular, señaló que la mayoría de los pacientes con amputaciones tienen una arteria coronaria obstruida.
“Puerto Rico cuenta con una tecnología eficiente para tratar a estos pacientes. El estudio del “doppler” no es la tecnología para diagnosticar temprano la enfermedad periferovascular. Tenemos sensores de luz de rayos láser para identificar la micro y macro circulación y no tenemos que esta haciendo “bypass”’, sostuvo.
“Tener una úlsera, un dedo gangrenado, ya significa que es tarde”, declaró.
La campaña para evitar las amputaciones en Puerto Rico continuará por parte de los especialistas en la conferencia multidisciplinaria NACET (New Advances in Cardiovascular and Endovascular Technologies), séptima edición, los días 13 y 14 de mayo en el Caribe Hilton Hotel, San Juan, con 12 créditos de educación continua e invitados internacionales.
Para más información puede acceder www.spcdpr.com o llamar al 787-425-7168.