Un estudio internacional con participación española encuentra un mecanismo celular que puede influir en episodios agudos, como los ictus y los infartos de miocardio, y en el cáncer.
Un estudio internacional con participación española encuentra un mecanismo celular que puede influir en episodios agudos, como los ictus y los infartos de miocardio, y en el cáncer.
Científicos españoles han participado en el descubrimiento de un mecanismo de emergencia que permite a las células ganar tiempo y sobrevivir cuando no pueden respirar eficientemente. La investigación, publicada en Nature Communications, y cuyo autor principal es Rubén Quintana, del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG, centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca), podría tener importantes repercusiones para el estudio de episodios agudos en los que algunos tejidos dejan de recibir oxígeno, como ocurre en el ictus o el infarto de miocardio, así como en otros procesos biológicos.
La clave está en la mitocondria, la parte de la célula que consume el oxígeno y produce energía. Su arquitectura actúa para alargar la vida de las células, en concreto, los plegamientos o crestas de su membrana interna. Según han averiguado los investigadores, la proteína Opa1, que da forma a la mitocondria y mantiene estas estructuras, también favorece la actividad reversa de ATPasa. Esta enzima “es como una turbina, produce energía y funciona en un sentido determinado, pero también es capaz de hacerlo en sentido contrario y eso es lo que ocurre en este caso”, explica Quintana.
Función mitocondrial
De esta forma, “se mantiene la función mitocondrial”, lo que explica que se evite la muerte de células y, por lo tanto, de los tejidos que forman en ciertas situaciones de falta de respiración. En órganos como el cerebro o el corazón este mecanismo tiene mucha importancia, ya que la ausencia prolongada de respiración puede tener consecuencias irreversibles y de esta forma las células ganan tiempo pueden recuperarse del daño sufrido.
No obstante, también puede tener importantes implicaciones en situaciones no agudas de diversas enfermedades. Por ejemplo, “en el cáncer las células tumorales pueden adaptarse a no depender de la respiración, de manera que se favorecería el desarrollo del tumor”, subraya el experto. “Un mecanismo de supervivencia como este siempre tiene consecuencias positivas y negativas”, agrega.