Abbott ha estado vigilando atentamente las mutaciones de COVID-19 para poder garantizar que sus pruebas pueden detectarlas.
Por: Sergio Nicolás Ortiz Cortés
Científicos realizaron una evaluación de la variante Ómicron y concluyeron que las pruebas rápidas, incluyendo la prueba de antígeno nasal, y la PCR, que forman parte del portafolio de Diagnósticos Rápidos de la compañía, pueden detectar el virus. Aunque la variante Ómicron contiene mutaciones en la proteína espicular, las pruebas de Abbott no dependen de estas proteínas para detectar el virus.
Actualmente, cientificos de Abbott está fabricando más de 100 millones de pruebas rápidas y PCR de COVID-19 al mes, para ayudar a cubrir la creciente necesidad de pruebas en todo el mundo, dado que se busca poder regresar al trabajo, escuelas y eventos sociales de forma segura.
El proceso de evaluación de variantes y ensayo de rendimiento de sus pruebas no se detienen con las variantes actuales. La compañía de salud se encuentra recogiendo activamente muestras del mundo real y utilizando cultivos víricos para verificar que las pruebas detecten continuamente las cepas circulantes, independientemente de dónde se encuentren.
A través de la Coalición de Defensa contra la Pandemia de Abbott, una red de colaboradores de investigación, académicos y de salud pública situados estratégicamente en todo el mundo, se están secuenciando activamente los virus para buscar la próxima amenaza viral, incluidas las variantes de COVID.
El hecho de contar con esta red establecida permite compartir rápidamente la nueva información y la capacidad de proporcionar muestras rápidamente -en cuestión de días, en lugar de las típicas semanas o meses- para que se puedan verificar las pruebas. Abbott está colaborando activamente con su socio en Sudáfrica para dar seguimiento a la variante Ómicron, lo cual es fundamental para luchar contra estas variantes y la pandemia.
De acuerdo con el Dr. Óscar Guerra, Director Médico en Abbott, “hay un equipo completo de científicos dedicado a la vigilancia de las variantes de COVID-19. Hasta la fecha, hemos analizado cuidadosamente más de 1,4 millones de secuencias de 63 variantes diferentes y ninguna ha afectado a la capacidad de nuestras pruebas de diagnóstico para detectar el virus”.
Y añadió que “tan pronto como se puso a disposición la secuencia de Ómicron, nuestros científicos trabajaron sin descanso para evaluarla y determinaron que las mutaciones no afectan a la capacidad de nuestras pruebas para detectarlo”.
Las variantes han cambiado fundamentalmente el panorama y la trayectoria de la pandemia en todo el mundo. Ahora más que nunca, las pruebas son una parte crítica de nuestra respuesta a la COVID-19 y la principal prioridad de Abbott es ofrecer pruebas fiables y accesibles, a disposición de quienes más las necesitan.