Investigadores de la Clínica Cleveland descubren interacciones clave entre bacterias intestinales y células producen problemas cardiovasculares.
Por: Carolina Cortés
Un estudio reciente publicado en la revista Nature Communications, revela cómo el microbioma intestinal podría desempeñar un papel importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Este descubrimiento podría revolucionar la forma en que entendemos y tratamos estas afecciones que padecen millones de personas en todo el mundo.
El Descubrimiento del Microbioma Intestinal
El microbioma intestinal, una comunidad compuesta por trillones de bacterias, hongos, virus y otros microorganismos. Se sabe que estos microorganismos desempeñan un papel crucial en la digestión, el metabolismo, y la respuesta inmunológica, entre otras funciones.
Sin embargo, un estudio reciente llevado a cabo por investigadores, ha revelado que la microbiota intestinal interactúa con las células para provocar enfermedades cardiovasculares por medio de la fenilacetilglutamina (PAG), la cual es producida por bacterias intestinales.
De acuerdo con investigaciones realizadas, se ha demostrado que la fenilacetilglutamina genera una interacción con los receptores adrenérgicos beta-2, lo cual influye en la fuerza con la que se contraen las células del músculo cardiaco, este proceso el cual los investigadores creen que contribuye a la insuficiencia cardiaca.
De igual manera, los investigadores demostraron la mutación en las partes del receptor adrenérgico beta-2, el cual se creía que no se encontraban relacionadas con la interacción encontrada en los modelos preclínicos, lo cual impidió que la PAG deprimiera la función del receptor.
Esto último hace parte de una serie de investigaciones sobre la PAG, las cuales son dirigidas por el doctor Stanley Hazen, quien es el presidente de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas en el Instituto de Investigación Lerner de la Clínica de Cleveland y codirector de la sección de Cardiología Preventiva.
Otros hallazgos en la investigación
En ocasiones anteriores, en el laboratorio del Dr. Hazen, se demostró que los altos niveles de PAG en personas que no padecen de enfermedades cardiacas están sujetos a desarrollar insuficiencias cardiacas y conducen a peores resultados aquellos pacientes que ya se encuentran diagnosticados con insuficiencia.
El Dr. Hazen menciona que "los nuevos hallazgos nos acercan un paso más a la orientación terapéutica de esta vía para desarrollar un tratamiento mejorado para la prevención de la insuficiencia cardíaca"
Actualmente, los estudios han profundizado en cómo interactúa el PAG con los receptores beta-adrenérgicos. Con base a diversos estudios y pruebas clínicas, el Dr. Hazen indica que los receptores beta-2 adrenérgicos se pueden regular a partir de un segundo sitio de la unión de PAG y cómo este actúa como un "interruptor regulador de intensidad", esto hace que se personalice la vía de señalización de la adrenalina.
Por otra parte, debido a que el PAG interactúa con el receptor principal de la hormona de la adrenalina desde una ubicación diferente, el Dr. Hazen teoriza que estos puede ser dirigidos de una forma independiente para bloquear la señalización de PAG la cual es generada por los microbios intestinales dañinos y permitiendo que las señales naturales de adrenalina que produce el cuerpo pasen a través de él.
Medicamentos que regulen la interacción
Gracias a estos descubrimientos, el Dr. Hazen afirma que existe una forma nueva de desarrollar medicamentos que regulen el receptor adrenérgico beta-2 y que estos se dirijan a la vía PAG y sus interacciones con los receptores adrenérgicos para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares.
El doctor menciona que "un betabloqueante que esté más orientado a la señalización dañina de los receptores adrenérgicos, pero que permita el paso de las señales saludables, sería un enfoque completamente nuevo para tratar o prevenir el riesgo de una enfermedad cardiovascular".
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