Esta condición puede detectarse a través de pruebas sencillas y una evaluación clínica del paciente.
Por: Luisa Ochoa
La enfermedad arterial periférica puede generar cierto tipo de síntomas como dolor en las piernas o llagas que no sanan, pero al mismo tiempo puede ser silenciosa y pasar desapercibido en la vida de una persona hasta la vejez, que es donde se manifiesta en mayor medida esta afección.
De hecho, el Dr. Eric Carro, cardiólogo intervencional y especialista en medicina vascular, explicó en entrevista exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública que solo un 25 % de las personas pueden presentar la sintomatología clásica de la enfermedad, lo que deja a la mayoría de pacientes sin sospechar siquiera que la padecen.
"La verdad es que a la minoría de los pacientes presentan el síntoma clásico. A veces no presentan ningún tipo de síntoma y si nos dejamos llevar solo con la sintomatología, vamos a identificar a un 25 % o menos de los pacientes que la tienen", afirmó.
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La sospecha clínica es vital para detectar la enfermedad arterial periférica
Por ende, el especialista coincidió en la gran ventaja que representa tener la sospecha clínica de que un paciente tiene enfermedad arterial periférica y esto se logra inicialmente con el análisis del pulso de las extremidades inferiores del paciente, sumado a un buen historial y examen médico.
Para esto, el Dr. Carro comentó que no siempre es necesario ir a un cardiólogo, pero si es necesario chequearse y conocer el riesgo cardiovascular con un médico.
"Los médicos de cabecera pueden identificar a estos pacientes con pruebas sencillas. Hay que tener la sospecha clínica y hacer un buen historial y examen físico que incluye la palpación de los pulsos de los pies. El simple hecho de no sentir el pulso en el pie, eso es otra razón por la cual se debe buscar esta condición", explicó.
(Vea también: Prueba índice tobillo-brazo es determinante en el diagnóstico de la enfermedad periférica cardiovascular)
¿Cómo funciona la palpación del pulso de los pies y los tobillos?
Por lo general, las mediciones del pulso y la presión arterial que se toman en diferentes zonas del cuerpo ayudan a diagnosticar la enfermedad arterial periférica.
De acuerdo con información del portal Healthwise, en la palpación los médicos suelen auscultar la zona femoral (ingle), poplítea (parte posterior de la rodilla), tibial posterior (tobillo) y dorsal (pie).
Sin embargo, también miden el pulso en otros lugares como la zona radial, es decir, la muñeca, braquial, el antebrazo, y carótida, el cuello.
Al respecto, el cardiólogo comentó que, "cuando uno tiene un impulso cardíaco, esta sangre va a todo el cuerpo y uno lo puede palpar en la vía radial o en las carótidas, pero también lo puede palpar en los pies. Cuando ese pulso no se siente en los pies se puede sospechar de la enfermedad".
Prueba índice-tobillo-brazo para la enfermedad arterial periférica
En ese sentido, la prueba de índice-tobillo-brazo es la que más se recomienda para llegar al diagnóstico de la condición arterial. Esta prueba consiste en comparar la presión del brazo con la de los tobillos.
"Se toma la presión más alta de los dos brazos y la presión más alta de dos partes del tobillo y uno saca una razón de esas dos presiones. Cuando ese número de la pierna es más bajo que el del brazo por una razón de 0.9 o menos, se diagnostica con una sensibilidad y especificidad de la condición", aclaró el especialista en medicina vascular.
Sumado a lo anterior, los médicos pueden identificar los factores de riesgo que tenga el paciente, como enfermedades subyacentes (hipertensión, diabetes, colesterol alto) y síntomas característicos de la enfermedad.
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