Este tipo de fármaco es fundamental además en la prevención de infartos
Por: Eduardo Najar
Los medicamentos anticoagulantes continúan siendo fundamentales para aquellos pacientes que han desarrollado una enfermedad arrítmica o padecen de alguna condición que propicie el desarrollo de trombos como consecuencia de inmovilidad o sedentarismo.
Los anticoagulantes son una herramienta principal en la lucha contra accidentes cerebrovasculares y diagnósticos crónicos que pueden poner en riesgo la calidad y vida del paciente, ya que por medio de estos se disminuye totalmente la probabilidad de infarto cerebral, infarto de miocardio, trombosis venosa, embolia pulmonar, entre otras graves malignidades.
En entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), la doctora Rosella Marmorato, cardióloga del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe, explicó la función principal de estos medicamentos y la necesidad de su uso para la prevención de escenarios graves.
“Los anticoagulantes son un tipo de medicamento que nos ayuda a poner la sangre mucho más líquida, de esta manera podemos evitar trombos, ya sé por qué tengamos condiciones de arritmia del corazón, hay otras condiciones que pueden impulsar también estos trombos, el objetivo es prevenirlos”, argumentó.
¿En qué pacientes se debe administrar?
La especialista sostiene que el uso de este tipo de medicamentos es necesario, sobre todo para prevenir graves casos o enfermedades que puedan aumentar complicaciones en el paciente ya sea a corto o a largo plazo.
“Usualmente se usan anticoagulante en pacientes que tengan arritmia o que puedan ocasionar coágulos dentro del corazón, esto nos ayuda a reducir el riesgo de desarrollar accidentes cerebrovasculares o derrames, es un impacto bastante importante en la salud y pronóstico de este paciente a largo plazo”, explicó.
Avances y uso actual de anticoagulantes
Gracias a los avances farmacológicos es posible que se tenga que evitar ciertos criterios en la función de un anticoagulante, sin embargo, sigue siendo muy importante que aquellos pacientes de alto riesgo que poseen cuadros de sangrados no sean administrados con este tipo de medicamentos.
“Hoy en día tenemos anticoagulantes que se pueden usar de acuerdo al peso y función renal del paciente, no es necesario restringir alimentos e ingestas, esto nos ayuda a saber que tipo de coagulación posee el paciente y evitar sangrados, por ende aquellos pacientes con este tipo de historiales deben prevenir el uso de anticoagulantes”, concluyó la especialista.
Síntomas de un infarto
Los signos y síntomas de un ataque cardíaco incluyen:
- Presión, opresión, dolor, o sensación de compresión o dolor en el pecho o en los brazos, que puede propagarse hacia el cuello, la mandíbula o la espalda
- Náuseas, indigestión, ardor de estómago o dolor abdominal
- Falta de aire
- Sudor frío
- Fatiga
- Aturdimiento o mareos repentinos
Los síntomas de un ataque cardíaco varían. No todas las personas que tienen ataques cardíacos tienen los mismos síntomas o presentan síntomas con la misma gravedad. Algunas personas tienen un dolor leve; otras presentan un dolor más intenso. Algunas personas no presentan síntomas. Para otros, la primera señal puede ser un paro cardíaco repentino. Sin embargo, cuantos más signos y síntomas tengas, mayor es la probabilidad de que estés teniendo un ataque cardíaco.
Algunos ataques cardíacos se producen de repente, pero muchas personas tienen signos y síntomas de advertencia horas, días o semanas antes. La primera advertencia podría ser un dolor o una presión en el pecho recurrente (angina de pecho) que se desencadena con el esfuerzo y se alivia con el descanso. La angina de pecho es el resultado de un descenso temporal del flujo sanguíneo hacia el corazón.