La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica que va más allá de la piel, ya que puede afectar la salud física, emocional y social del paciente.
Por: Dr. Guillermo Colón Colón
Aprender a manejar la sintomatología física y emocional generada a raíz de un
diagnóstico de psoriasis, se convierte en un instrumento trascendental para el
paciente que convive con esta condición inflamatoria crónica de la piel.
Además de las manifestaciones clínicas propias de la enfermedad, la persona
corre el riesgo de desarrollar una serie de comorbilidades que complican su
calidad de vida, tales como la artritis psoriásica y condiciones cardiovasculares,
entre estas, aterosclerosis.
Igualmente, otras comorbilidades comunes en pacientes con psoriasis están
relacionadas al síndrome metabólico, incluyendo obesidad, hipertensión,
diabetes e hipercolesterolemia, sin dejar a un lado sus efectos en la salud
mental.
Cada 29 de octubre conmemoramos el Día Mundial de la Psoriasis, una fecha
dedicada a crear conciencia sobre esta condición inflamatoria crónica que
afecta la piel y, en muchos casos, la salud emocional de quienes la padecen.
Este día busca educar, derribar estigmas y promover el acceso a tratamientos
que permitan a los pacientes vivir con bienestar y dignidad. A nivel mundial, se
estima que alrededor de 125 millones de personas viven con psoriasis.
Tipos de psoriasisEntre los tipos de psoriasis se encuentra, la más común, la psoriasis crónica
en placa que, se destaca por placas cutáneas de manera simétrica. Se trata de
placas eritematosas con bordes bien definidos. Estas placas pueden ser
asintomáticas, pero en muchos de los casos pueden picar.
Mientras que, la psoriasis guttata se caracteriza por la aparición abrupta de
placas psoriásicas pequeñas, usualmente, menos de 1cm de diámetro.
Típicamente ocurre en niños o jóvenes luego de un proceso infeccioso.
También está la psoriasis pustulosa que se considera poco frecuente y que
provoca pústulas sobre una base eritematosa.
Otro tipo de psoriasis es la eritrodérmica, una forma rara que envuelve todo el
cuerpo con eritema y descamación, lo cual expone al paciente a infecciones
por pérdida de una barrera cutánea sólida.
Efectos a nivel sicológicoA nivel mental, la psoriasis puede afectar la autoestima del paciente,
generando sentimientos de vergüenza, ansiedad y frustración, especialmente,
cuando las lesiones son visibles en la cara, cuero cabelludo, manos o piernas.
Muchos pacientes piensan que su apariencia los define, lo cual provoca una
autoestima baja y retraimiento social. Lamentablemente, la sociedad, por
ignorancia, confunde la psoriasis como una condición contagiosa, lo cual puede
generar discriminación y rechazo.
De acuerdo con algunos estudios, cerca del 60% de las personas con psoriasis
pueden presentar episodios de ansiedad y depresión. No obstante, el problema
de esto es que, el estrés puede exacerbar la condición, por el vínculo directo
con el eje neuroinmunológico. Esto provoca que, la calidad de vida del paciente
se vea severamente afectada por el constante picor o incomodidad que afecta
el descanso y la productividad de los pacientes.
Por estas y otras muchas razones se recomienda que los pacientes tengan una
evaluación psicológica o psiquiátrica.
Factores de riesgoEntre los factores de riesgo está la predisposición genética. Incluso, en el caso
de gemelos idénticos, puede haber una concordancia de hasta un 70%, lo cual
comprueba el alto componente hereditario.
Por otro lado, factores inmunológicos, estrés emocional, lesiones cutáneas,
infecciones, factores hormonales y hasta medicamentos pueden exacerbar los
síntomas.
Igualmente, los estilos de vida como el uso de tabaco, alcohol, obesidad y
sedentarismo contribuyen a la gravedad e incluso resistencia de tratamiento
para psoriasis. Asimismo, el consumo de una dieta alta en grasas saturadas
puede agravar el proceso infamatorio.
Opciones de tratamientoPor otro lado, las terapias tópicas, entre estas, corticoesteroides, análogos de
vitamina D e inhibidores de calcineurina, representan algunas de las opciones
de tratamiento para combatir los efectos de la enfermedad.
Esto al igual que las terapias sistémicas con fototerapia, entre otras, que se
pueden administrar para controlar la sintomatología.
Lo importante es tratar la condición bajo la supervisión médica adecuada para
garantizar el éxito de los resultados.
En cuanto a la prevención, esta inicia con el cuidado integral del cuerpo y la
mente.
Para lograrlo, hay que mantener una piel hidratada, evitar el estrés, dormir
adecuadamente, alimentarse de forma balanceada y no fumar; son pasos
esenciales para reducir los brotes o su severidad.
Además, es importante acudir al médico ante cualquier cambio en la piel, ya
que un diagnóstico temprano y un manejo adecuado pueden marcar la
diferencia en la calidad de vida.
Cuidados diariosCon el objetivo de alcanzar el bienestar del paciente es de suma importancia el
cuidado diario. En ese aspecto, quiero compartir varias recomendaciones, entre
las que se destacan: hidratación constante justo después de bañarse para
sellar la humedad y evitar lociones con alcohol o fragancias, ya que irritan la
piel.
Igualmente, utilizar jabones sin sulfato ni perfumes, evitar las quemaduras
solares que pueden desencadenar nuevas lesiones y, evitar el exceso de
alcohol y tabaco.
Hay que revisar la piel mensualmente y anotar los cambios tales como: picor,
enrojecimiento y sangrado. Sobre todo, no suspender tratamiento de psoriasis
sin consultar con su dermatólogo.
Finalmente, con motivo del Día Mundial de la Psoriasis, exhorto a recordar que
esta condición no define a quienes la padecen. Como médico, mi llamado es a
promover la empatía, la educación y el acceso a tratamientos adecuados que
mejoren la calidad de vida de los pacientes. La salud también es bienestar
emocional y social.