Testigo clínico de la evolución de la cardiología intervencional pediátrica 

El doctor Francisco Díaz Sotomayor ha formado parte de la evolución clínica que ha salvado la vida de decenas de pacientes pediátricos con malformaciones congénitas en el País.

Medicina y Salud Pública

    Testigo clínico de la evolución de la cardiología intervencional pediátrica 

    La cardiología intervencional pediátrica en Puerto Rico es practicada por solo dos especialistas. Aunque es un número es limitado, la evolución tanto del campo y especialmente los tratamientos clínicos de malformaciones cardíacas pediátricas no tiene precedentes. 

    De eso ha sido testigo la carrera del doctor Francisco Díaz Sotomayor, cardiólogo pediátrico intervencional con práctica en el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe y el Hospital Pediátrico Universitario, galeno que ha presenciado los trascendentales avances del campo que ha devuelto la vida a neonatos que, confrontando malformaciones cardíacas congénitas, hace dos décadas hubieran sucumbido ante la vida.

    Su carrera comenzó en las aulas del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) y su residencia fue ejercida en el Departamento de Pediatría del Hospital Pediátrico de Centro Médico, donde también recibió entrenamientos en cuidado crítico pediátrico. 

    Su especialidad como cardiólogo intervencional pediátrico la recibió en lo Estados Unidos.

    El campo médico no solo se ha limitado a la medicina. Si no que se ha combinado con el escenario científico que ha permitido que en la historia de su carrera se palpen logros como el desarrollo de una método novel para para cambiarle la sangre a pacientes con anemias falciformes ( grupo de trastornos hereditarios de los glóbulos rojos y relacionados a desniveles de la hemoglobina) en “crisis”, periodos súbitos clínicos del trastorno.

    El desarrollo de un criterio de puntuación (“SOFA score”) como predictor de ciertos parámetros fisiológicos para decidir el posible pronóstico de la prognosis de un paciente de cuidado crítico fue otro paso de avance donde el doctor Díaz aportó su conocimiento empírico y clínico. 

    El desarrollo de accesos vasculares alternos -rutas no usuales- no rutinarios en pacientes pediátricos que habían atravesado múltiples intervenciones ya sea de cateterismo o cirugía debido a malformaciones congénitas del corazón fue otro logro del que el doctor Díaz formó parte en su misión por brindarle calidad de vida a neonatos y niños cardíacamente más comprometidos. 

    “No ha sido un solo momento, han sido muchos los logros que hemos presenciado donde los pacientes críticos han logrado una mejor sobrevida durante los últimos años. También gracias al refinamiento de las técnicas quirúrgicas, los avances en la emisión de los diagnósticos y los procedimientos los laboratorios de cateterismo y unidades de intensivo ha dado un campo de avance a la carrera y la mortalidad y morbilidad de nuestros pacientes”, indicó el especialista a la Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública (MSP).

    De otra parte, entre las enfermedades más retantes, pero que a la vez la medicina ha logrado enfrentar en el País se encuentra la hipoplasia del lado izquierdo del corazón (donde se encuentra válvula mitral, válvula aórtica, ventrículo izquierdo y aorta) no se desarrollan completamente. 

    “Una alternativa razonable para estos pacientes era no hacer nada. Dejar que la enfermedad cogiera su curso. En los últimos 10 a 15 años la mortalidad y morbilidad de esta enfermedad ha mejorado muchísimo en Puerto Rico”, celebró.

    Otras enfermedades como la transposición de los grandes vasos (donde los dos vasos principales por los que la sangre fluye del corazón, la aorta y la arteria pulmonar, están intercambiados o transpuestos) ha mejorado también la sobrevida en estos pacientes que desarrolla la afección congénita del corazón. 

    La valentía de su carrera, donde el motor está contenido en la aplicación quirúrgica de estructuras tan diminutas que rodean el corazón de un niño, es motivada por el lograr devolverle la vida y la calidad de esta a un ser humano que lucha por vivir desde el vientre de su madre.

    “Mi satisfacción al final del día son ellos. Cada vez intervenimos pacientes más pequeños y poco a poco seguimos avanzando”, concluyó.

    El doctor Edwin Rodriguez Cruz es, en conjunto con el doctor Díaz, el especialista que ejerce la cardiología intervencional pediátrica en Puerto Rico. 

    Puerto Rico cuenta de paso con la práctica de alrededor de ocho cardiólogos pediátricos.

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