El grupo con los niveles más altos de FT4 tuvo un riesgo de latidos cardiacos irregulares del 45 por ciento. Los latidos cardiacos irregulares pueden causar fatiga crónica y aumentar el riesgo de enfermedades graves.
Cientificos de la Universidad de Stanford liderados por Ron Davis, han logrado demostrar, a partir de un análisis de sangre, que el síndrome de fatiga crónica es una enfermedad real.