La imagen recoge uno de los momentos más especiales de la pandemia, en el que Rosa Luzia Lunardi, de 85 años, recibe un abrazo de la enfermera Adriana Silva da Costa Souza.
Son engendrados y traídos al mundo sin elegirlo. Lloran y abren sus ojos evidenciando que una nueva vida acaba de arribar. Su frágil cuerpo llega con ganas de luchar, sin imaginar que su vida ha sido marcada…para siempre.