Se calcula que para la década de 1490 la población europea se había recuperado de las muertes causadas por la plaga, también conocida como la Muerte Negra. Una de cada tres personas falleció a consecuencia de la enfermedad en todo el continente.
Debido al aumento de casos en América y la falta de medidas de algunos gobiernos, la OMS recategorizó la magnitud de la epidemia en el continente.
Un amplio estudio internacional ha analizado el ADN de una serie de famosos restos antiguos de América del Norte y del Sur.