El equilibrio de una persona parte desde lo que siente y piensa, pero, lo trascendental deja de serlo cuando se sirve a los demás.
Eduardo Najar
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
El equilibrio de una persona parte desde lo que siente y piensa, pero, lo trascendental deja de serlo cuando se sirve a los demás
La salud pública es una rama muy importante que debe regarse de manera diaria y de una manera única, por medio del servicio en común, la accesibilidad médica y sobre todo el bienestar humano, partiendo desde la dignidad y desde aquellos derechos fundamentales que son el propósito de una vida estable y sostenible.
En entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) el salubrista y senador José Vargas Vidot, explica desde una perspectiva personal el ámbito de la salud pública, su capacidad de liderazgo partiendo desde sus conocimientos y humanismo, además de la realidad de Puerto Rico y las expectativas a futuro.
“Cuando me involucré en la política, yo tenía conciencia de dos cosas, una que estaba abriendo una brecha en la historia, pero no de esta magnitud, lo hice porque intentaron poner todos esos elementos de burocracia que lograban hacerme imposible la gesta, de manera que mi objetivo no era ganar las elecciones, sino ingresar a la competencia y traerme a la mesa los asuntos correspondientes, y dos abrir una puerta para las demás personas” dijo el senador.
El liderazgo es una virtud, es una capacidad que tienen algunas personas para escuchar y poner en práctica o en antedicho algún requerimiento que puede afectar a un individuo, para el senador Vidot, la experiencia y capacidad de liderar fue gracias a su madre, por supuesto, más adelante tuvo el beneficio de fortalecer este factor, pero parte desde su niñez y la motivación de su primer círculo social.
“A temprana edad tuve el beneficio de una madre que me sirvió como la mejor universidad, de manera que aunque ella no me enseñó a ser libre porque crecí en un ambiente de colectivismos, el liderazgo era repartido entre la gente de la comunidad, es decir, todos estábamos mal y nadie hacía nada, así que, atreverse en mi comunidad, en mi escenario familiar, era un asunto de supervivencia, empecé a describir que esa experiencia vivencial me dió herramientas de liderazgo, pero lo descubrí afuera, entendía que todo el mundo pensaba como yo, pero de momento estas personas estaban esperando que alguien pensara, aprendí entonces a pensar rápido, analizar y reflexionar, convertí mis frustraciones de la medicina y vi a la humanidad no como un reto médico sino humanitario” dijo el salubrista.
Puerto Rico, es una isla que se caracteriza por ser muy turística, gracias a sus playas y a sus centros culturales, no obstante, existe otra cara del país y el senador Vargas Vito partió desde aquellas realidades ocultas de las que nadie hacía parte, gracias a sus ideologías y programas como iniciativa comunitaria, las personas menos favorecidas son escuchadas y apoyadas desde un ámbito médico y humano.
“Puerto Rico tiene dos visibles, uno que es el centro turístico y otro que es invisible pero que afecta a más cantidad de personas de lo que se piensa, por ejemplo, el índice de pobreza en la niñez, este es del 58% por dos décadas seguidas esto es una vergüenza, porque tenemos todas las probabilidades de tener una niñez con todas las necesidades cubiertas, segundo 750.000 personas con problemas de salud mental y no tenemos una puerta abierta definida para trabajar condiciones que requieren diferentes tratamientos, tercero hay una epidemia y es la de la adicción, el uso de drogas es un gran problema, casi 180.000 personas tienen serios líos de adicción y la escasez de tratamientos es notorio, como salubrista me siento desfalcado” argumento Vargas Vidot.
El senador José Vargas Vidto tiene varias ideologías y “armas” que lo dirigen hacia el cambio que él busca, además, desea fortalecer esas pequeñas brechas que existen en el servicio médico y su efectividad, donde plantea que para realizar un cambio cada puertorriqueño debe ser partícipe y apoderarse de esta transformación.
“El amor es una fuerza transformadora, este amor debe practicarse caminando 18 pulgadas desde el cerebro hasta el corazón, quiero seguir describiendo la sensibilidad que hay al admitir la fragilidad. Mis próximos pasos en la política son abrir puertas que otros cerraron, es decir, trabajar con enfermedades catastróficas, tratamientos y obstáculos que son señalados pero que nadie hace algo al respecto, aspiro a que las personas aprendan a descubrir el potencial de su parte en la solución” finalizó el Dr. José Vargas Vidot.
