Terapia hormonal de testosterona no beneficia a todos los pacientes

En algunos casos el paciente no necesariamente necesita reemplazo de testosterona, sino corregir el problema de base.

Medicina y Salud Pública

    Terapia hormonal de testosterona no beneficia a todos los pacientes

    En los últimos años, la terapia hormonal ha logrado su acogida como la nueva fuente de la juventud. Sin embargo, al recurrir a manos inexpertas, estas terapias pueden ser el detonante para problemas aún mayores.

    Es importante que el clínico reconozca y sepa hacer el diagnóstico adecuado de hipogonadismo antes de empezar cualquier tipo de reemplazo de testosterona. Pacientes que no tienen un diagnóstico claro de hipogonadismo pueden resultar con daños permanentes en el eje pituitárico-hipotalámico y otras enfermedades como cáncer de próstata.

    La doctora Paola Mancilla, endocrinóloga e internista escribió para la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), un artículo en el que menciona que, la terapia hormonal de testosterona no está indicada para todos los pacientes. Solo aquellos con problemas reales de hipogonadismo primario (testicular) o secundario (pituitáricohipotalámico) son los que poseen indicación para la misma. La manera correcta de hacer este diagnóstico es bajo la dirección de un endocrinólogo; este realiza pruebas hormonales para determinar en qué área se encuentra el problema y corregirlo.

    Reemplazo de testosterona

    La especialista también argumenta que el reemplazo de testosterona se realiza mediante distintas formulaciones: inyecciones intramusculares, parchos, geles, pellets o pequeñas tabletas que pueden colocarse en las encías. Aquellos hombres que utilizan geles, parchos o tabletas deben lavarse las manos después de colocarse el reemplazo como medida preventiva; ya que este puede absorberse fácilmente a través de la piel de otra persona y tener efectos perjudiciales, sobre todo en féminas o niños.

    Función de los pellets de testosterona

    Los pellets de testosterona son aproximadamente del tamaño de un grano de arroz y son implantados de forma subcutánea en el área de la cadera o en los glúteos. Estos contienen testosterona cristalizada, la cual es liberada de forma gradual a lo largo de seis meses aproximadamente.

    La dosis adecuada puede cambiar, debido a que cada paciente puede absorber la hormona de manera distinta y su volumen de distribución cambia. En el caso de los pellets, la dosis puede ser difícil de ajustar, ya que hay que hacer nuevas incisiones para poder implantar o remover estos compuestos.

    Por otro lado, en aquellos pacientes que están sobretratados o que tienen niveles de testosterona por encima del nivel normal, se hace casi imposible poder removerlos. Esto, debido a que, en muchos casos, se ha creado tejido fibrótico alrededor, lo cual hace difícil la remoción. Debido a esto, este tipo de terapia no está recomendada según las guías del “Endocrine Society”.

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