Orientación para profesionales en fisioterapia frente a COVID-19

Orientación para profesionales en fisioterapia frente a pacientes con COVID-19, dividida en cuatro fases: Aislamiento, hospitalización, terapia intensiva, y la fase de recuperación y alta hospitalaria

Medicina y Salud Pública

    Orientación para profesionales en fisioterapia frente a COVID-19

    Marcela Boyacá Mesa

    Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública

    Según estadísticas el 5% de la población infectada por COVID-19 requiere unidades de cuidados intensivos con soporte de ventilación mecánica, es por esto que el Grupo de investigación Aletheia ha creado un documento para la orientación de los profesionales que ejercen la fisioterapia.

    En la investigación se divide la enfermedad en cuatro fases: Aislamiento, hospitalización, terapia   intensiva, y   la   fase   de recuperación y alta hospitalaria, aborda varios objetivos.

    Fase de aislamiento:

    La fisioterapia en esta etapa estará enfocada a un acondicionamiento físico para evitar complicaciones, aumento de la fatiga, disnea, des acondicionamiento físico   por   reposo prolongado y baja capacidad pulmonar. Para esto la    Sociedad    Española    de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recomienda:

    • Evitar periodos largos de sedestación o inmovilidad
    • Realizar actividad física a diario, la intensidad y el volumen dependerán de la sensación de disnea y estará contraindicado si el paciente tiene fiebre.
    • Se debe coordinar la respiración con los ejercicios
    • Mantenerse hidratado
    • Seguir estrictamente todas las indicaciones de distancia, desinfección y lavado de manos

    Fase de hospitalización:

    En esta fase la terapia debe estar enfocada en evitar la disminución de la capacidad pulmonar des acondicionamiento físico, pérdida de    masa muscular, retracciones osteomusculares y otras complicaciones, para esto se deben evitar largos periodos de encamamiento a través de ejercicios dirigidos a fortalecer la musculatura periférica, mantener actividad constante mientras la condición del paciente lo permita y hacer cambios de posición.

    Además, se debe monitorear la saturación de oxigeno por pulsioximetría (SpO2), estar atentos al estado psicológico del paciente ya que este puede afectar el comportamiento del paciente. Por último, en pacientes con neumonía o afecciones pulmonares crónicas se ha evidenciado que las técnicas de drenaje de secreciones son beneficiosas, pero solo serán usadas en caso de que el paciente no pueda “expulsar, deglutir o movilizar   sus secreciones.

    Fase en terapia intensiva:

    Según el documento “Informes recientes de China mostraron que del 4% al 13%   de   los pacientes   con   COVID-19   recibieron ventilación    con    presión    positiva    no    invasiva (NIPPV), y   que   del   2,3%   al   12%   requirieron ventilación    mecánica    invasiva, aproximadamente el 14% desarrollará una enfermedad grave que requiere oxigenoterapia, y el 5% requerirá ingreso en la Unidad de Terapia Intensiva (UCI)y   ventilación   mecánica. Otro estudio   informó   sobre   52   pacientes   críticos   con COVID-19; el 67%    de    estos    pacientes    tenían Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA), (63.5%) usaron cánula nasal de alto flujo (HFNC), 56% ventilación mecánica invasiva y 42% NIPPV”.

    Dicho esto, la primera recomendación que se hace en el documento es el uso de máscaras de respiración ajustadas (cubrebocas N95, FFP2 o equivalentes) que están diseñadas para el 95 o 99% de las partículas de aerosol, en este caso tanto pacientes como profesionales de la salud deben usarla. En el caso de que el paciente necesite oxígeno suplementario la Society Critical Care 2020 sugiere el uso de la cánula nasal de alto flujo (HFNC) sobre la terapia de oxígeno convencional.

    El documento sugiere a todos los profesionales de fisioterapia la aspiración de secreciones por sistema cerrado y hacerlo solo cuando sea absolutamente necesario. Por último, se recomienda por motivos de seguridad que la intervención de pacientes graves o enfermos críticos se realice con actividades que se hagan en la cama o muy cerca de ella, enfocadas en tres funciones principales: manejo de postura, movilización temprana y manejo de la respiración.

    Fase de recuperación y alta hospitalaria

    Esta última etapa estará enfocada en educación al paciente, ejercicio aeróbico, ejercicios de fuerza y entrenamiento, técnicas de drenaje de secreciones y ventilatorias.

    Entrenamiento aérobico: caminar, andar rápido, nadar y trotar, el tiempo del entrenamiento debe ser inferior a 30 minutos y será de 3 a 5 sesiones por semana.

    Entrenamiento progresivo de la fuerza

    A partir de la evidencia recolectada se recomienda trabajo de 1 a 3 grupos musculares con carga de 8 a 12 repeticiones con intervalos de entrenamiento de 2 minutos, ideal con una frecuencia de 3 sesiones en la semana durante 6 semanas.

    Por último, en las técnicas de drenaje de secreciones o ventilatorias el objetivo principal es mejorar la ventilación, movilizar el tórax, favorecer el drenaje y reeducar el patrón ventilatorio.

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