Nueva posible alternativa de tratamiento contra el Trastorno Obsesivo Compulsivo se prueba en Puerto Rico

Departamento de Psiquiatría y Laboratorio de Aprendizaje del Miedo del Recinto de Ciencias Médicas podrían apuntarse el logro.

Medicina y Salud Pública

    Nueva posible alternativa de tratamiento contra el Trastorno Obsesivo Compulsivo se prueba en Puerto Rico

    Los pacientes puertorriqueños con diagnósticos de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), podrían beneficiarse de una nueva alternativa médica que promete revolucionar el campo de la psiquiatría en la isla, pues la droga iría directamente hacia unos circuitos del cerebro específicos que dan paso al desarrollo de la enfermedad.

    Así se ha se ha probado en el Laboratorio del Aprendizaje sobre el Miedo dirigido por el Dr. Gregory Quirk, del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) en quien lidera la investigación en conjunto con la Dra. Karen Martínez González, catedrática auxiliar del Departamento de Psiquiatría.

    A partir del 2008, este equipo de científicos y clínicos del RCM unieron esfuerzos para poder documentar la epidemiología del trastorno en Puerto Rico así como sus manifestaciones más comunes, pues la enfermedad se ha estudiado en otras poblaciones de razas que no necesariamente expresan los síntomas del desorden igual que a los puertorriqueños.

    Dra. Karen Martínez González, catedrática auxiliar del Departamento de Psiquiatría.[/caption]

    En entrevista con la Revista Puertorriqueña de Medicina y Salud Pública (MSP), Quirk explicó que la droga propanodol, utilizada para disminuir la hipertensión arterial, ha levantado una nueva promesa contra el trastorno mental a nivel experimental, que provoca que una persona tenga sentimientos, sensaciones y comportamientos repetitivos e indeseables que los motiva a tener ciertas compulsiones hacia alguna actividad en específica.

    “En el TOC hay una destrucción en los circuitos del cerebro y es muy difícil manipular los circuitos. La droga propanolol (betabloqueante) es una droga que además de utilizarse para disminuir la hipertensión arterial, también ha logrado demostrar en ratas que reduce el miedo, sin afectar su aprendizaje de seguridad”, explicó el neurocientífico.

    “La droga disminuye su actividad en la corteza prefrontal y la idea es el que se pueda utilizar esta droga en pacientes que reciben terapias para el trastorno. Se han descubiertos nuevos circuitos relacionados al desorden en modelos de animales y la droga ha dado buenos resultados”, añadió.

    El estudio ahora se realiza en pacientes controles de la isla y se espera que pronto se revelen los primeros hallazgos de este estudio pionero.

    “Empezamos a reclutar pacientes con trastornos de ansiedad a partir del 2010 y 2011 y haciendo un protocolo de investigación, nos empezamos a dar cuenta de que muchas de las personas desconocían su diagnóstico real. Uno como médico nota que hay un “issue” grande pues no se le está brindando el diagnóstico a tiempo en muchos pacientes”, indicó la psiquiatra.

    “Desarrollamos un protocolo para saber si el mismo beneficio del medicamento en ratas, se ve en humanos. Ya estamos terminando la parte final y pronto estaremos revelando los primeros hallazgos. Tenemos sobre 20 controles y 20 sujetos con cualquier diagnóstico de ansiedad que son parte del estudio”, formuló.

    Enfermedad que podría ser severa

    Por su parte, la doctora Martínez González, quien funge también como investigadora principal del Centro para el Estudio y Tratamiento del Miedo y la Ansiedad (CETMA), señaló que se estima que 1% de la población de la isla podría tener un diagnóstico de TOC, pero puede “ser una enfermedad tan severa, que la hace significativa en Puerto Rico”.

    “Lo que hemos visto aquí que quizás es bien diferentes a otras poblaciones como la gente caucásica, blanca, no latina, es que aquí el trastorno-obsesivo compulsivo tiene un componente de ansiedad física, como lo es el ataque de pánico, que envuelve manos sudorosas, el corazón que late rápido, los músculos se tensan, que no se describen en pacientes no latino. Entendemos que podría ser una manera cultural de expresar las cosas”, manifestó la psiquiatra.

    “Se expresa al malestar psicológico a través del cuerpo y no la palabra. También hemos visto que las respuestas de miedo en los hombres puertorriqueños es mayor que en mujeres. Comparamos estos datos con hombres del estado de Boston y los puertorriqueños continúan teniendo una alta respuesta de miedo. Esto lo continuamos estudiando para saber si esta respuesta es asociada a ansiedad”, añadió.

     

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