La prueba rápida, serológica o de anticuerpos no debe ser utilizada como una prueba diagnóstica

Durante la emergencia producida por el COVID-19 que nos afecta a todos, se han creados diferentes pruebas para determinar si una persona está infectada.

Medicina y Salud Pública

    La prueba rápida, serológica o de anticuerpos no debe ser utilizada como una prueba diagnóstica

    Durante la emergencia producida por el COVID-19 que nos afecta a todos, se han creados diferentes pruebas para determinar si una persona está infectada. Pues, al final la OMS ha dicho que, solo realizando la mayor cantidad de pruebas es posible volver a la normalidad.

    Esto se debe a que solo a través de pruebas efectivas, se podrá aislar a los pacientes y luego rastrear sus posibles contactos, con el fin de reducir la tasa de contagio.

    Entre las pruebas disponibles encontramos el test rápido, también llamado prueba serológica o prueba de anticuerpos y, en segundo lugar, la prueba molecular. Sin embargo, una de ellas, ha sido referenciada de forma errónea, a través del mundo.

    Aunque ambas pruebas son útiles, la realidad es que la prueba rápida, serológica o de anticuerpos no puede determinar si un paciente porta el virus o no. Un trino publicado por el científico puertorriqueño Daniel Colón Ramos explica que “La prueba serológica no detecta virus. Una persona puede dar positiva porque 1. Le dio el virus antes, pero ya no lo tiene, 2. tiene el virus, 3. error de prueba. La prueba serológica no es una prueba diagnóstica”.

    La OMS también ha recomendado que esta prueba no sea utilizada en el diagnóstico debido a que esta prueba no nos habla de una infección actual, sino que detecta si hubo una respuesta inmunológica del cuerpo contra el patógeno. Por lo que, esta organización considera que las pruebas serológicas actualmente utilizadas “necesitan de una validación adicional para determinar su exactitud y fiabilidad”.

    Lo que quiere decir es que, la prueba solo detecta los anticuerpos IgM (inmunoglobulina M) y los IgG (inmunoglobulina G), que se adhieren al virus para desactivarlo o eliminarlo. El problema viene en que nuestro organismo puede tardar siete días en liberar los anticuerpos IgM, que son los primeros que se producen ante una infección, y al menos 10 días en producir los anticuerpos IgG.

    Del mismo modo, los niveles de anticuerpos pueden tardar varios días más en volver a la normalidad. Teniendo en cuenta lo anterior, son dos escenarios que podrían resultar en un diagnóstico erróneo:

    1. Falsos Negativos- Nuestro cuerpo no ha desarrollado aún los anticuerpos necesarios porque la infección es muy reciente.
    2. Falsos Positivos- La infección por coronavirus puede haber resuelto y la prueba estaría detectando los anticuerpos producidos en dicho momento, por lo que no nos hablaría realmente de una infección actual.

    En otro tweet publicado por el también profesor de la prestigiosa Universidad de Yale, Daniel Colón Ramos, afirma que, a pesar de no ser pruebas diagnósticas, los test rápidos, tienen una gran utilidad como pruebas de censo: “Fueron diseñadas como pruebas de censo, es decir, para ver, a nivel de población, cómo va el virus. Su uso como prueba diagnóstica, a nivel de paciente individual, debe ir acompañado de otras pruebas moleculares, sobre todo en los casos que dan negativo". Asimismo, la OMS declaró que las pruebas serológicas "serán clave para apoyar el desarrollo de vacunas" contra la enfermedad.

    Por último, esta semana un grupo de científicos puertorriqueños presentó una metodología que puede quintuplicar la realización de pruebas diarias para SARS-CoV-2 publicado por este medio, este tipo de métodos podría ser de mucha ayuda ante los planes de los gobiernos alrededor del mundo para reabrir.

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