Benzodiacepinas y opioides: peligroso tratamiento para la enfermedad de Alzhéimer

Un nuevo y extenso estudio realizado a pacientes afectados con la enfermedad de Alzhéimer, demostró que uno de cada cinco es tratado con benzodiacepina y un opioide recetado

Medicina y Salud Pública

    Benzodiacepinas y opioides: peligroso tratamiento para la enfermedad de Alzhéimer

    Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública

    Un nuevo y extenso estudio realizado a pacientes afectados con la enfermedad de Alzhéimer, demostró que uno de cada cinco es tratado con benzodiacepina y un opioide recetado, una combinación que es responsable de efectos secundarios no asociados a la enfermedad. La investigación fue realizada por el Estudio Finlandés de Medicación de Enfermedad de Alzhéimer (MEDALZ).

    Dentro de los hechos más llamativos para los investigadores, se encuentra el elevado porcentaje de usuarios (50%) que se adherían a este tratamiento durante más de tres meses, sin un análisis exhaustivo de sus antecedentes o posible progresión de esta enfermedad. De acuerdo con una declaración al sitio web Medscape, la autora principal, Niina Karttunen, "La utilización concomitante prolongada se asoció a factores de riesgo como osteoporosis y un antecedente de fractura de cadera; estos pacientes son vulnerables a caídas y fracturas, que representan riesgos documentados para los dos grupos de fármacos".

    Los datos de la investigación se dieron a conocer en el sitio web del International Journal of Geriatric Psychiatry.

    Para obtener los datos de la investigación, los encargados del estudio realizaron los análisis con base en los datos recopilados por el MEDALZ entre el 2005 y el 2011. En dicha información se tenía acceso al diagnóstico, género, edad, lugar de residencia, entre otros factores que pudieran ser comparados o medidos. En total, se inclyeron 69.353 afectados con la enfermedad de Alzhéimer y 69.353 personas sin esta condición.

    Los pacientes que hicieron uso de este tratamiento combinado, sin importar la evolución de la enfermedad o su historial clínico, por lo general tenían más de 80 años y eran mujeres. En su mayoría, las personas del estudio ya presentaban otras condiciones como diabetes, EPOC, enfermedad cardiovascular o antecedentes de abuso de sustancias.

    Un tratamiento peligroso y problemático

    Aunque el uso de las benzodiacepinas y otros fármacos similares son ampliamente utilizados en pacientes geriátricos para tratar la ansiedad o el insomnio, el uso prolongado de estos medicamentos se han relacionado con fracturas, dependencia o incluso sedación. Por ende, un tratamiento que requiera la utilización de esas sustancias solamente se aprueba -al menos en la Unión Europea- durante 4 semanas máximo.

    Sin embargo, como algunos pacientes de Alzhéimer han experimentado mejoría con el uso de opiáceos, algunos especialistas los están integrando a los tratamientos. Esta acción, de acuerdo con los especialistas que lideraron la reciente investigación, también es responsable del aumento de la prevalencia de los casos que presentan síntomas o desarrollan nuevas enfermedades como la osteoporosis. De hecho, para evitar este tipo de situaciones, está totalmente desaconsejada la combinación de las benzodiacepinas con otras sustancias para la población de edades avanzadas.

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