Investigación sugiere que el uso dispositivos electrónicos podría estar relacionado a desórdenes del lenguaje en infantes y niños

Estudio descriptivo en Puerto Rico reveló datos alertadores que sugieren que el uso prolongado de estos equipos han intervenido en el desarrollo de lenguaje en infantes.

Belinda Burgos Belinda Burgos
  • Belinda Burgos - Correo Electrónico

Investigación sugiere que el uso dispositivos electrónicos podría estar relacionado a desórdenes del lenguaje en infantes y niños

 

 

Los dispositivos electrónicos precisamente han sido la salvaguarda de niños y adolescentes al figurar como las herramientas principales para obtener su educación ante la amenaza de un virus que se convirtió en una amenaza mundial, pero, el uso constante de estos continúan arrojando efectos que pudieran tornarse adversos para el crecimiento de la población pediátrica. 

Y es que un estudio descriptivo en Puerto Rico reveló datos alertadores que sugieren que el uso prolongado de estos equipos han intervenido en el desarrollo de lenguaje en infantes y niños desde los seis meses hasta los 2 años de edad que asistieron a las Clínicas de Continuidad Pediátricas de Río Piedras.

El mismo utilizó el cuestionario como herramienta para la recopilación y análisis de datos de la muestra de 30 padres y madres. 

Los infantes y niños están creciendo en ambientes saturados con una gran variedad de tecnologías que se han asociado con el desarrollo de desórdenes cognitivos y del lenguaje. Según estudios, se ha encontrado que 68% de los niños por debajo de los 3 años utilizan dispositivos electrónicos como televisores, DVD’s, tabletas, teléfonos celulares, juegos de video diariamente. entre otros nuevos, se han asociado con retraso en el área cognitiva y del lenguaje en los niños.

“Entre los datos obtenidos se encontró que el 63% de nuestros participantes utilizaban los celulares como dispositivo electrónico. Seguido por 53% que indicaron televisores y el 36% utilizar tabletas. Un 77% de los participantes aseguraron que sus hijos pasan menos de una hora al día utilizando un dispositivo electrónico, mientras que el 13% afirmó que pasan entre 2 a 3 horas al día y solo el 10% indicó que los utilizaban entre 4 a 5 horas al día”, detalló a Medicina y Salud Pública la doctora Jinette Santos, parte del equipo investigador de este estudio.

“Las áreas evaluadas para riesgo de desorden del lenguaje fueron el área de comunicación, lenguaje expresivo y lenguaje simbólico. De los pacientes a riesgo de desarrollar problemas del lenguaje encontramos que el 70% de los pacientes presentaban riesgo en el área simbólica. Separamos los pacientes en dos grupos, pacientes con riesgo y sin riesgo de desarrollar desórdenes de lenguaje. Cuando comparamos los grupos, encontramos que 50% de los pacientes con riesgo a desórdenes del lenguaje estuvieron expuestos a dispositivos electrónicos y a su contenido por más de 2 horas al día, versus el grupo a no riesgo que solo el 20% estuvo expuesto por más de 2 horas al día”, abundó.

Otro resultado significativo que la Doctora expuso fue que los pacientes con riesgo de desórdenes del lenguaje tuvieron 70% menor interacción con un adulto durante del día -menos de 4 horas al día- mientras utilizaban los dispositivos electrónicos, versus los pacientes a no riesgo de desórdenes del lenguaje, de los cuales solo 30% afirmó tener menos de 4 horas de interacción diaria del paciente con adulto.

“Nuestro estudio demostró que la mayoría de nuestros participantes estuvieron expuestos a dispositivos electrónicos como teléfonos celulares, televisión, tabletas, entre otros. Además, se encontró una asociación entre lo que son el uso de dispositivos electrónicos a edades tempranas y el riesgo a desarrollar desórdenes del lenguaje. Concluimos que la exposición a los medios tecnológicos son una variable importante que puede influir de manera directa en el desarrollo del lenguaje de los infantes y niños pequeños”, concluyó. 

Periodista y MPH, Bachillerato en Periodismo y Prejurídico de la Universidad del Sagrado Corazón y graduada de la Maestría en Salud Pública, de la Escuela de Medicina San Juan Bautista, Jefa de Redacción con 11 años de experiencia y líder de Redacción de la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).

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