Influencia africana aumenta prevalencia de fibromas en la mujer puertorriqueña

Medicina y Salud Pública

    Influencia africana aumenta prevalencia de fibromas en la mujer puertorriqueña

    Los fibromas uterinos pueden afectar al 70 por ciento de las mujeres de raza blanca en edad reproductiva, y al 80 por ciento de la raza negra, y la mujer puertorriqueña, por la influencia de la raza negra, tiene una alta incidencia de fibromas uterinos, estableció el especialista en endocrinología reproductiva e infertilidad Nabal J. Bracero.

    “Algunas pacientes pueden presentar síntomas como sangrado profuso, durante o fuera de la menstruación; problemas de dolor pélvico crónico incapacitante, o presión sobre los órganos de la pelvis, entre ellos, la vejiga, los intestinos, y los órganos adyacentes. Es una condición que se puede presentar con esa sintomatología, o con síntomas de infertilidad cuando el fibroma está localizado dentro del útero”, mencionó el doctor Bracero, en entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP).

    Bracero definió los fibromas como benignos, en su mayoría, y dijo que menos de uno entre 150 a uno en 500 puede que sean conducentes a cáncer. La mayor parte del tiempo son sólo masas, y la mujer puede quedar embarazada sin ningún problema, destacó.

    El subespecialista comparó el útero con “un aguacate que tiene estas quenepas que se van a estar ubicando dentro del aguacate, ya sea en el área de la pepita del aguacate, de la pulpa o de la cáscara. Y dependiendo de dónde está ubicado, va a ser la sintomatología del paciente”.

    Indicó que hasta cierto punto, resulta ‘controversial’ el manejo de los fibromas en la paciente de infertilidad, porque, aunque se sabe que la mayoría de las mujeres que tienen fibromas logran un embarazo sin problemas, una minoría bien pequeña presenta problemas de fertilidad.

    “Cuando uno se enfrenta a una paciente que tiene fibromas y no ha podido quedar embarazada, la misión del ginecólogo es descartar cualquiera de las otras razones por las cuales una mujer no puede concebir, como son: el factor masculino (bajo contaje o ausencia de espermatozoides), problemas en las trompas de Falopio, la ovulación y la reserva ovárica. Y después de que uno se ha asegurado de que todos esos componentes de la evaluación de infertilidad están cubiertos, entonces nos enfocamos en los fibromas y el útero”, precisó el experto.

    Bracero, quien participó en el procedimiento del nacimiento del primer bebé concebido por  fertilización in vitro en Puerto Rico, indicó que la mujer nace con una reserva de óvulos, que es de seis millones cuando aún es un feto. Estos se empiezan a disolver y se reducen a dos millones al momento del nacimiento. El consumo de los óvulos continúa y para la primera menstruación, la menarquia, se ha reducido a medio millón.

    “¿Por qué hay ese consumo tan acelerado? Porque el ovario es caprichoso y está concentrado en dejar pasar adelante los óvulos de mejor calidad porque esos cargan la genética de la próxima generación. Va descartando todos los que vienen mal y deja sólo los que vienen buenos”, ilustró.

    Luego de la menarquia, los óvulos se consumen a razón de entre 300 y 500 por evento ovulatorio a través de los 20 o 25 años de edad reproductiva, hasta que llega la menopausia, a los 52.3 años, promedio, añadió.

    Otra peculiaridad es que el ovario selecciona primero los de mejor calidad y deja en reserva los de peor calidad.

    “Eso causa que cuando se trata de lograr un embarazo a los 40 años, la mayoría de los óvulos que hay en reserva son de peor calidad, porque ya los mejores se consumieron. Por eso es más difícil quedar embarazada con el paso del tiempo, porque hay menos óvulos y los que hay son de menor calidad”, explicó.

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