Hígado graso: nuevo desafío para la salud pública de Puerto Rico

Gastroenterólogos advierten que se convertirá en la mayor causa de trasplante de hígado.

Medicina y Salud Pública

    Hígado graso: nuevo desafío para la salud pública de Puerto Rico

    El hígado graso se convertirá prontamente pudiera convertirse en la primera causa de trasplante de hígado en Puerto Rico, dejando a un lado una de las principales causas, la hepatitis C.

    Así lo han confirmado varios gastroenterólogos puertorriqueños, entre ellos, el Dr. Carlos Micames, quien ejerce la especialidad desde el área Oeste de la isla.

    La esteatosis hepática no alcohólica (EHNA) se trata de la acumulación de grasa en este caso a causa de la obesidad en vez del abuso del alcohol.

    Cabe resaltar que la condición, aunque asintomática, provoca de paso insuficiencia hepática y, como consecuencia final, cáncer hepático.

    “Es una epidemia debido a la obesidad y el síndrome metabólico, que es la combinación de alta presión, obesidad, colesterol alto, entre otros factores. A raíz de eso, el cuerpo se vuelve resistente a la insulina y se comienza a depositar grasa en el hígado y, con el pasar del tiempo, causa el estado inflamatorio del hígado, se daña y al final del proceso, el órgano se va en fallo crónico y se desarrolla la cirrosis”, explicó a la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP) el Dr. Micames.

    “Digo que es una epidemia porque cada vez  vemos más casos en pacientes de edad más temprana y prontamente podría sobrepasar a la hepatitis C como causa principal de trasplante de hígado en Puerto Rico. Estamos viendo cada vez más esta condición en personas jóvenes que no usan alcohol de manera excesiva a causa del síndrome metabólico. Antes solo veíamos personas que abusaban del alcohol”, declaró.

    Otro asunto que destacó es que la afección hepática no cuenta con un tratamiento farmacológico aprobado y que la progresión de la enfermedad pudiera detenerse en gran parte si el paciente opta por la dieta y el ejercicio como estrategia de vida.

    “La problemática es que no existe un tratamiento comprobado en estudios clínicos que sea altamente efectivo. Se han probado muchos medicamentos que no han demostrado ser tan efectivo como quisiéramos.  La combinación de dietas y ejercicios es lo más beneficioso hasta ahora. Esto se recalca, pero la realidad es que no se hace como quisiéramos”, confesó.

    Más allá, Micames manifestó que la enfermedad pudiera pasar como una afección subestimada, pues aún no existe la conciencia necesaria sobre los efectos adversos que pudiera provocar no diagnosticarse ni tratarse la condición hepática a tiempo.

    “Sí se está subestimando a esta condición como una que no tiene graves consecuencias y sabemos que hay un alto riesgo de que sean pacientes que se compliquen. El hígado graso es un indicador de un estado de enfermedad quizás sistémica y de no atender el asunto de la obesidad, se puede enfrentar a complicaciones como la necesidad de un hígado nuevo”, señaló.

    “Definitivamente es un problema de salud pública en Puerto Rico. También hay que tomar en cuenta que el hígado graso podría ser un marcador de enfermedad coronariana, periferovascular, diabetes y otras condiciones futuras”, esbozó.

    Por su parte, el Dr. Álvaro Reymunde, gastroenterólogo en Ponce, concluyó argumentando que “se espera que para el 2020 sea la primera causa de trasplante de hígado en Puerto Rico. Existe una prueba diagnóstica no invasiva que funciona para identificar si tienes el hígado afectado por hígado graso aunque tengas o no tengas cirrosis. Vemos muchos pacientes con esta condición”.

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