Evolucionan los tratamientos contra la arritmia cardiaca

El tratamiento contra la arritmia cardiaca ha evolucionado drásticamente en los últimos años con el surgimiento y desarrollo de nuevos dispositivos que permiten a los pacientes una mejor calidad de vida.

Medicina y Salud Pública

    Evolucionan los tratamientos contra la arritmia cardiaca

    Giovanny Vega De Lleguas

    Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública

    El tratamiento contra la arritmia cardiaca ha evolucionado drásticamente en los últimos años con el surgimiento y desarrollo de nuevos dispositivos que permiten a los pacientes una mejor calidad de vida.

    Un nuevo aparato, conocido como grabador continuo, puede documentar la actividad eléctrica y cardiaca en un paciente por espacio de tres años con el fin de observar continuamente la arritmia y delimitar mucho más los tratamientos para que sean más efectivos.

    La arritmia cardiaca es una alteración en el ritmo cardiaco que se produce ya sea por ritmos distintos e inusuales o por variaciones inadecuadas en la frecuencia del latido. Pese a que cualquier paciente puede sufrirla, la tendencia es mayor en personas sobre los 40 años.

    “Es un área de la medicina que no para de desarrollarse. La manera que tratamos arritmia cardiaca hoy es significativamente mejor que años atrás y eso nos asegura que los pacientes puedan recibir mejores cuidados”, explicó el doctor Miguel Leal, electrofisiólogo, a la Revista de Medicina y Salud Pública.

    La medicina ha aprovechado los constantes avances de la tecnología para desarrollar marcapasos más pequeños, creados con miniaturización de equipamiento y sin la necesidad de tantas conexiones entre el dispositivo y el corazón.

    Asimismo, se están utilizando catéteres en las ablaciones para identificar dónde en el corazón están las áreas responsables de la arritmia y, dependiendo del caso, modificarla o eliminarla suministrando calor o frío.

    “Algo que aprendemos desde la formación médica es individualizar los cuidados y por eso tenemos varios métodos. Si un paciente no ha conseguido avances con una o dos medicinas, la tendencia es proponer una ablación, implante de marcapaso o desfibrilador”, añadió Leal.

    La ablación es un procedimiento que cicatriza o destruye los tejidos del corazón que provocan un ritmo cardíaco anormal.

    Actualmente, existen tres modalidades de tratamiento para la condición, encabezados por los medicamentos, que tienen la finalidad de disminuir la frecuencia en los eventos arrítmicos en un paciente y elevar su calidad de vida considerablemente. Estos suelen ser la primera opción de cuidado por no ser invasivos y reducir los riesgos y complicaciones.

    Alrededor de un 60 a 65 por ciento de los pacientes consiguen resultados favorables con fármacos, por lo que no requieren continuar con métodos más avanzados de tratamientos.

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