Dr. Nabal Bracero sostiene que la enfermedad sigue siendo un reto en el manejo del dolor pélvico y su diagnóstico.
La endometriosis sigue siendo una enfermedad dolorosa y costosa, tanto a nivel físico, emocional y social en la vida de más de 50 mil mujeres puertorriqueñas.
El diagnóstico sigue efectuándose de forma tardía, muchas veces cuando las estructuras pélvicas y ováricas están dañadas y la vida diaria de esa madre, esposa, madre de familia o hija se ha sumergido dentro del intenso e incapacitante dolor pélvico crónico.
Esta fue parte de la descripción clínica provista por el ginecólogo Nabal José Bracero Serrano, endocrinólogo reproductivo y experto en tratar problemas de infertilidad en Puerto Rico, siendo marzo el mes de la Concienciación de la Endometriosis.
El doctor Bracero estudió en la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas (RCM), ginecología en el Hospital Universitario y en la Escuela de Medicina de Jonhs Hopkins en Baltimore, se especializó en endocrinología reproductiva e infertilidad.
“Sigue siendo una enfermedad enigmática y un reto significativo para el manejo de la mujer con dolor pélvico crónico e infertilidad. Los síntomas y las consecuencias clínicas no siempre tienen correlación con la severidad de la enfermedad y no siempre tenemos las soluciones y explicaciones para una paciente con infertilidad pide”, manifestó el especialista.
Más aún, el que la endometriosis sea sinónimo de infertilidad ha sido una lucha empinada para los especialistas, quienes concuerdan que la severidad de la inflamación uterina si pudiera tener sus repercusiones sobre el sistema reproductivo de la mujer, pero que no necesariamente signifique que la misma pueda concebir.
Mencionó que la clave de la enfermedad está en su diagnóstico temprano y en esa evaluación final está la clave. En Puerto Rico para que se diagnostique endometriosis pueden pasar hasta 10 años desde que la paciente comenzó con los síntomas, aseguró.
“La correlación clínica no necesariamente es síntoma de la severidad de la enfermedad. Lo primero que debemos tratar de hacer es poder determinar qué otros factores podría tener esa paciente para que pudiera tener problemas de infertilidad. Para esto también hay que evaluar al varón, la función ovárica, entre otras áreas”, puntualizó.
“Otro grupo que tenemos es aquel con dolor pélvico crónico, pero que no tienen problemas de fertilidad y ese grupo es casi la mitad de los pacientes que tenemos con endometriosis. Mi énfasis es que mientras más jóvenes son, más fácil se les hará buscar embarazos exitosos. Hay pacientes que han quedado embarazadas teniendo endometriosis, pero lo importante es buscar ese embarazo temprano”, afirmó.
Bracero también recalcó hoy día que la endometriosis “no se combate sola”. Debe ser una condición entendida entre todo un equipo compuesto por familiares y compañeros de labores.
“La paciente con endometriosis y dolor pélvico crónico tienen que establecer una relación de equipo con el ginecólogo y otros especialistas. La parte psiquiátrica y psicológica, las relaciones de pareja, el apoyo y conocimientos en sus derechos como empleada, manejo financiero por los gastos en tratamientos médicos. Esa paciente no pueden enfrentarse a la endometriosis sola. Tienen que tener una red de apoyo que entienda la seriedad del problema y a la misma vez proveer consejería”, formuló.
Hoy día el perfil de la paciente con endometriosis puede dividirse en tres grupos, según el juicio clínico del especialista. El mismo divide primeramente a las paciente adolescentes en años reproductivos de aproximadamente 25 años de edad que no está pensando con concebir y lucha con periodos menstruales bien dolorosos. Esta mujer busca ayuda para completar sus metas profesionales estando ya sea en escuela secundaria o la universidad.
La mujer profesional ya establecida que se enfrenta al dolor pélvico es el otro grupo descrito por Bracero, y son las que se toman más en serio la búsqueda de tratamiento de endometriosis y dejan a un lado la búsqueda de embarazos. “También estas mujeres sufren mucho porque sufre mucho dolor pélvico si deciden buscar embarazos y tienen que dejar a un lado los tratamientos para manejar el dolor pélvico”.
El tercer grupo descrito es aquella mujer entre los 40 a 45 años que ha pasado por las dos etapas descritas anteriormente, y que ha sufrido mucho “por las consecuencias de la enfermedad porque ha avanzado mucho” y en donde ya su anatomía pélvica se ha alterado.
“Son aquellas que tienen dolor pélvico todo el tiempo, tiene problemas intestinales, tienen dolor cuando tienen relaciones sexuales y desgraciadamente es la mujer que piensa en sacarse matriz y ovarios para tener un poco de alivio en lo que llega la menopausia donde la enfermedad debe ceder”, apuntó.
En toda la evolución de la endometriosis y la salud de la mujer el dolor pélvico figura como el denominador común y el síntomas que más pudiera afectar la parte física y emocional de las pacientes.
“Yo enfatizo mucho en el detectar temprano en la vida reproductiva de la mujer a la paciente con endometriosis en la adolescencia usando el concepto de que si se tienen que dar algo más fuerte que acetaminofén para el manejo del dolor, esas son las primeras señales de que algo no está bien. Ese mismo mensaje se lo dejamos saber a todos los médicos de familia y la línea de médicos de medicina preventiva para que sean que esto podría ser un síntoma de endometriosis”, reiteró.
Sin embargo, Bracero aseguró que no todo lo que duele es síntoma de endometriosis. Existen otras enfermedades como la cistitis intersticial (inflamación crónica de la mucosa de la vejiga), el síndrome de colon irritable, síntomas depresivos y traumáticos pudieran reflejarse como dolor pélvico crónico, detalló.