El cirujano puertorriqueño que hizo parte de un histórico trasplante de rostro

En esos libros, se añade el nombre del médico cirujano puertorriqueño, Rafael A. Couto, quien ha sido parte de uno de los más extraordinarios hitos de la cirugía moderna.

Medicina y Salud Pública

    El cirujano puertorriqueño que hizo parte de un histórico trasplante de rostro

    Giovanny Vega Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública

    La historia de la medicina guarda los nombres de aquellos profesionales que sentaron las bases a nivel global con sus investigaciones, logros, hallazgos e intervenciones quirúrgicas. En esos libros, se añade el nombre del médico cirujano puertorriqueño, Rafael A. Couto, quien ha sido parte de uno de los más extraordinarios hitos de la cirugía moderna.

    Equipo de cirujanos preparando trasplante para la intervención. Foto National Geographic[/caption]

    El cirujano plástico puertorriqueño tuvo una cita con la historia al ser parte del equipo de cirugía plástica de Cleveland Clinic. Equipo responsabilizado en la compleja operación de trasplante del rostro completo a la paciente Katie Stubblefield, la más joven en recibir este avance de la ciencia en los Estados Unidos. El cirujano participó en el cuidado de la paciente luego del transplante y en las operaciones subsecuentes al transplante.

    Stubblefield tiene 21 años y terminó con la cara desfigurada luego de intentar suicidarse con un disparo al rostro. 

    Grupo médico del Cleveland Clinic durante la intervención quirúrgica. Fotos Sacadas de la página de Facebook del Dr. Rafael A. Couto[/caption]

    La intervención realizada en Cleveland Clinic, en Ohio, se extendió por 31 horas, pero el precedente que establece Couto trascenderá más allá de su gesta.

    Crea un impacto positivo, ya que marca la presencia de médicos provenientes de Puerto Rico en casos tan complejos como estos. También, permite la alianza con otros recursos que sirvan a pacientes puertorriqueños con este tipo de padecimiento o problema”, reconoció Couto, especialista en cirugía plástica y reconstructiva, en entrevista exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública. 

    Implante del nuevo rostro de Katie. Fotos Sacadas de la página de Facebook del Dr. Rafael A. Couto[/caption]

    El también egresado de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico (UPR), fue parte del grupo de cirujanos plásticos y reconstructivos que trabajó el manejo y cuidado de la paciente luego del trasplante y que realizó, además, las operaciones de revisión. 

    Después de todo, fue una prueba que el grupo de médicos superó con honores. En la intervención se realizaron ajustes en la piel de la joven con el fin de mejorar la apariencia física. Así también, se ajustaron los tejidos dentro de la boca y en la lengua para mejorar sus habilidades de alimentación y habla. Y por último, se hicieron modificaciones a los huesos craneofaciales para mejorar su mordida.

    Resultado del trasplante de rostro. Fotos Sacadas de la página de Facebook del Dr. Rafael A. Couto[/caption]

    Para mí fue fascinante como la grandeza de este evento se extendía más allá de la medicina. Por ejemplo, la valentía de la paciente, el amor incondicional que tenía la familia y sobre todo el trabajo del equipo de Cleveland Clinic”, abundó. 

    Katie se convirtió en la paciente más joven en pasar por la cirugía, luego de recibir de su donante la frente, los párpados superiores e inferiores, la nariz, la boca, los labios, las mejillas, el hueso maxilar superior, los dientes y los músculos faciales.

    Médico cirujano Rafael A. Couto. Fotos Sacadas de la página de Facebook del Dr. Rafael A. Couto[/caption]

    En el mundo se han realizado 40 procedimientos de este tipo desde que en 2005 se llevó a cabo el primero por médicos franceses. 

    Cada una de estas operaciones alimentan el conocimiento de la especialidad de la cirugía plástica y reconstructiva y de otras especialidades. Esto lleva a empujar los límites de la medicina y encontrar nuevas innovaciones para mejorar el manejo a pacientes”, comentó Couto. 

    Lo innegable es que esta intervención quedará impregnada en la historia de la medicina y en la memoria de la paciente y de sus familiares. Pero, sobre todo, en la nutrida lista de cirujanos boricuas que donde quiera que ejercen su profesión, dan un paso al frente a la hora de dejar una huella. 

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